vitoria. Ve la llegada de estudiantes inmigrantes a los diferentes centros de Euskadi como una oportunidad para alcanzar un importante intercambio cultural, que beneficia a vascos y extranjeros. La integración es una de las metas que se marca el Gobierno Vasco en materia educativa, para lo que los centros “deben asumir la acogida como una tarea fundamental”.

La demanda del modelo D entre la población inmigrante en Álava se sitúa muy por debajo de la de Gipuzkoa y Bizkaia. ¿Cómo valora que sólo un 12% opte por esta modalidad?

Este dato responde a la misma tónica del reparto del resto del alumnado alavés en los diferentes modelos lingüísticos. Se trata de una realidad que se da en Álava y que se extiende a los estudiantes extranjeros. Sin embargo, esta tendencia va bajando.

¿Quiénes diría que forman el colectivo más reticente a matricularse en esta opción lingüística?

Sobre todo los latinoamericanos, porque ya saben castellano y no ven necesario aprender euskera. Sin embargo, no son conscientes de que aprender esta lengua supone una vía de inserción social.

¿Se plantea poner en marcha alguna iniciativa para animar a este colectivo a cursar los estudios en euskera?

Esa realidad entra dentro de los retos a los que se enfrenta el sistema educativo vasco y habría que ir viendo cómo afrontarlo. Entiendo que hay una presencia importante del modelo A en los centros concertados.

¿Cuáles son las metas que se marca su departamento con respecto al alumnado inmigrante?

El próximo mes de octubre se va a presentar el plan de interculturalidad e integración del alumnado inmigrante. En este programa se encierra el reto más importante: trabajar desde la perspectiva del valor del intercambio cultural en el colegio. Además de conseguir la integración de los estudiantes recién llegados a Euskadi, el objetivo es poder conseguir una educación intercultural en toda la comunidad escolar.

Se trata de aprender los unos de los otros…

Sí, se trata de adoptar una nueva visión y darnos cuenta de que esa integración enriquece a todos los alumnos que integran la red educativa. Es incuestionable que la llegada de estos pequeños supone una gran riqueza. Hay que conseguir construir una escuela para todos. Los alumnos van a poder compartir muchísimas vivencias. No hay que olvidar que el colegio debe ofrecer la preparación suficiente para poder vivir en una sociedad que actualmente es multicultural.

¿Cómo conseguir ese intercambio?

Es necesario fomentar el respeto y enseñar a los alumnos a valorar la diversidad cultural. Ése es el primer paso para generar nuevas vías de intercambio. Las personas recién llegadas necesitan un periodo de adaptación.

¿La adecuación de los niños a su nueva realidad pasa necesariamente por el colegio?

Para los pequeños, integrarse en una sociedad diferente es tarea difícil. Por ello, la acogida es algo que los centros tienen que asumir como un trabajo fundamental. La escuela es el primer contacto y entrada al país para ellos.

¿Qué recursos se están poniendo en marcha para favorecer ese intercambio cultural?

En algunos centros educativos de Euskadi ya se han reforzado los recursos humanos, con el objetivo de que vayan elaborando su propio plan de actuación.

¿Se logrará el equilibrio entre el volumen de alumnado de la red pública y la concertada?

En unos años vamos a tender a eso. Aun así, en Euskadi se da la distribución más equilibrada de todo el Estado.