«Sentimos miedo escénico ante la vuelta al colegio»

Lleva 20 años dando clase pero, ante el retorno, siempre está «nervios0»

Diario Vasco, ENRIQUE MINGO, 10-09-2007

Ha estado dos meses y medio «recargando las pilas necesarias» para afrontar un nuevo año frente a los alumnos. Para la mayoría de los mortales este tiempo de vacaciones es un lujo pero él sabe que es la única manera de poder enfrentarse a «una tarea muy dura» que comienza hoy.



– ¿Cómo viven los profesores el regreso a las aulas?

– Es tan duro que en principio tenemos los mismos miedos que tienen los chavales. Miedo al cambio, a las cosas que te pueden venir y no conoces, y un gran nerviosismo. Existe también en nuestro caso un miedo escénico.

– ¿Tanto le cambia al profesor la situación laboral de un año a otro?

– Ahora la situación de las plantillas es más estable y eso ha generado cierta estabilidad, pero siempre hay cambios de estructura, de profesores, de aulas, de alumnado, padres…. y todo eso genera nerviosismo. El sistema pide que te renueves cada año.

– ¿Cómo se refleja ese miedo?

– La gran mayoría de profesores tenemos sueños relacionados con el colegio antes del regreso.

– Y el reencuentro con alumnos y compañeros, ¿cómo se vive?

– Lo normal es que el reencuentro con los compañeros sea positivo pero lógicamente es una vuelta a la rutina y a situaciones complicadas de trabajo. Por eso es una sensación agridulce.

– ¿Cuál es el primer problema con el que se enfrentan al regreso?

– El inicio del curso supone un gran follón organizativo. Hay que repartir tareas y responsabilidades al margen de la labor puramente educativa.

– En 20 años, ¿cómo ha ido cambiando la política educativa?

– Viví la gran reforma del PSOE a final de los 80 que acabó con la EGB. Creo que fue una reforma importante y positiva en la que se invirtió mucho trabajo y medios. Ahora se quiere realizar otra reforma pero no existe esa inversión de esfuerzos ni medios.

– ¿Y cuál es el mayor problema?

– Vamos a tener que reflexionar mucho sobre los modelos lingüísticos que, tal y como los tenemos ahora, van a desaparecer para adecuarse a los modelos lingüísticos europeos. Eso nos va a obligar a una reflexión muy importante y más aún con un contexto social que cambia a gran velocidad en el tema de la inmigración y aquí, además, con el añadido del euskera.

– Habla del fenómeno de la inmigración, ¿Cómo lo viven ustedes?

– Tenemos que lograr, según los diferentes modelos, un bilingüismo para estos chavales. Para lograr esto hay que abordar la situación en toda su magnitud, dotándonos de los recursos suficientes tras una planificación bien estudiada. Hay que integrar a los inmigrantes en el sistema educativo y en el sistema social.

– Violencia en las aulas ¿Cómo se combate?

– El bullying ha existido siempre. No existe hoy más de lo que pude vivir yo cuando estudiaba en el colegio. El tema es que estos brotes de violencia hay que abordarlos rápidamente y tener unas estructuras que hagan que podamos actuar cuando veamos síntomas que puedan generar violencia. Para ello tiene que haber una coordinación importantísima entre el centro con su labor tutorial y los padres.

– La gente les considera unos privilegiados por sus vacaciones pero también el suyo es uno de los trabajos con mayor número de bajas por problemas psicológicos…

– No es casualidad que dentro de este mundo haya bajas y estrés. Quienes tienen niños saben del desgaste que supone. Bueno, pues eso multiplicado por veinte… Y también es cierto que no podemos quejarnos de las vacaciones. Pero son absolutamente necesarias. Es la única manera de recargar las pilas y volver medio fresco para enfrentarse a la presión que supone una clase. Puedo asegurarle que después de una jornada de clase salgo hecho polvo.

– Usted tiene un grupo de música ¿Puede dedicarle tiempo?

– Para mí es necesario tener otra actividad al margen con la que poderme liberar.

– ¿Emplea esa habilidad en clase?

– Usamos todos los medios para enseñar, tocar la guitarra o sacar conejos de la chistera, pero cada vez a los niños les asombran menos cosas.

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