ANIVERSARIO DEL 11-S / Las consecuencias

Bruselas, 'capital' de 'Eurabia'

El Mundo, FATIMA RUIZ, 10-09-2007

La prohibición de una protesta contra la islamización de Europa aviva la polémica sobre la pérdida de la identidad europea De Escocia a Ceuta, el fantasma de la islamización recorre Europa. O eso dice SIOE (Stop the Islamisation of Europe), terna danesa, británica y alemana de grupos conjurados contra el peligro de que Bruselas acabe siendo capital de Eurabia. Por eso es allí, en el corazón de la UE – y en el sexto 11 – S desde la caída de las Torres Gemelas – donde la organización pretendía pregonar el riesgo de las concesiones políticas al islam.


El alcalde de la ciudad, Freddy Thielemans, ha echado el freno a la iniciativa, que amenazaba chocar con otro desfile, esta vez del lado musulmán y contra la islamofobia. Pero para SIOE, ese freno supone «otra» marcha atrás en las libertades por culpa de la religión.


«El hecho de que hayan prohibido la manifestación es exactamente el motivo por el que queremos hacerla», declara por teléfono a EL MUNDO Udo Ulfkotte, líder de la organización. «Para no ofender a los musulmanes se impide que las 20.000 personas registradas puedan ejercer su derecho libremente». No eran las únicas dispuestas a protestar, según Ulfkotte: «Otras 10.000 han firmado para que el alcalde revoque la decisión».


La consecuencia está clara, dice: «Si se nos quita la libertad de expresión, nos lanzaremos a crear nuevos partidos para defender los valores europeos». El primero él, que se prepara para zambullirse en política a la cabeza de una formación que aplaque la influencia de la sharia (ley islámica) desde los escaños de la Eurocámara. Su programa: «Si no se integran, habrá que devolverlos a sus países».


Porque los políticos, según Ulfkotte, están más pendientes de contar votos – los musulmanes representan casi un 5% de la población europea – que de defender las conquistas democráticas: «Actúan para calmar hasta a los más radicales, porque son sus electores».


Opuestos a sus tesis, que dibujan un lobby islámico unido y con capacidad de virar el rumbo de la política europea, los investigadores coinciden en señalar que los musulmanes no votan en bloque – muchos de ellos ni siquiera votan – y que cuando lo hacen se inclinan por los partidos mayoritarios, sobre todo de izquierda, según constata el Financial Times.


«Los inmigrantes proceden de distinto origen étnico y cultural», asegura un estudio coordinado por Jocelyne Cesari, directora del programa Islam en Occidente de Harvard. «De ahí la división entre grupos musulmanes, teñida por las culturas nacionales».


Frente a las acusaciones de racismo – en pleno auge de los delitos xenófobos en la UE, como ha denunciado la Agencia de Derechos Humanos – Udo Ulfkotte esgrime su trayectoria personal (habla árabe y ha vivido 15 años en países musulmanes) y recuerda a los activistas de su grupo que profesan la religión islámica «pero conocen los daños del islam político». Niega que esa confesión sea incompatible con la democracia, insiste en que los radicales son minoría y repudia a los políticos que hablan de prohibir el Corán, como el holandés Geert Wilders, que según los sondeos tendría un 13% de los votos en los comicios a día de hoy.


El discurso de Ulfkotte se hace eco del temor de los más extremistas. «Lo que no nos gusta es estar secuestrados por el islam político», dice. Y enumera los agravios contra los valores europeos que hacen palpable ese «secuestro»: «Ahí está el nuevo caso de las caricaturas en Suecia o el hecho de que cada vez haya más taxistas de esa religión que se niegan a transportar a homosexuales, parejas no casadas o gente que lleva alcohol».


Desgrana luego un rosario de pequeñas batallas contra la igualdad que han ganado, según él, derechos especiales para los musulmanes europeos: «El Gobierno escocés ha aconsejado al personal médico que no coma en los hospitales con motivo del Ramadán; el belga ha prohibido los árboles de Navidad en áreas públicas; el suizo tuvo que pagar la limpieza de la parte musulmana del cementerio suizo porque estaba ‘polucionada por los infieles’…».


Más folclóricas son las que se han librado, según dice, en terreno español: «La Virgen tuvo que desfilar en las procesiones de Semana Santa en Ceuta con un rosario islámico y los musulmanes han reivindicado su derecho a rezar en la catedral de Córdoba». No recuerda, eso sí, el origen islámico del templo. «Si un hindú dijera en España que es ofensivo comer ternera, porque la vaca es sagrada en su religión, a nadie se le ocurriría dejar de hacerlo», zanja con una metáfora con moraleja: «Si algo no te gusta, sólo tienes que ir donde puedas vivir como quieres. Pero no esperes que cambien los otros».

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