10 inmigrantes mueren exhaustos a 20 metros de la playa en Canarias

El Periodico, BELÉN MOLINA, 08-09-2007

Diez inmigrantes, probablemente todos ellos marroquís, murieron ayer a solo 20 metros de la playa de Arinaga, en el sur de Gran Canaria, en un trágico final de viaje que, como pocas veces antes, retrata los riesgos que asumen quienes, casi a diario si las condiciones meteorológicas lo permiten, se embarcan en una patera. La embarcación llegó a la cala alrededor de las siete de la mañana. No había olas. El mar era una piscina. La patera embarrancó sobre una roca. Los 18 inmigrantes saltaron al agua convencidos de que ya habían llegado. Estaban agotados. “Se hundieron como piedras”, relataron los pescadores de la zona. La profundidad era de apenas dos metros. Solo se salvaron ocho.
El viaje comenzó, probablemente, desde algún punto de la costa cercano a El Aaiún, en el Sáhara occidental. Cuando ese es el lugar de embarque, el destino suele ser Fuerteventura o Lanzarote. Algo sucedió durante la travesía. No llevaban, parece seguro, navegador, de modo que pudieron desviarse de la ruta por alguna inesperada corriente en alta mar.

ROCA VOLCÁNICA
La cuestión es que fueron a dar con la playa de Arinaga y, además, con tal mala fortuna que entraron justo por mitad de la cala. Por los lados, la profundidad es de apenas 70 centímetros. El agua les hubiera llegado hasta la ingle. En la zona central, el fondo es más profundo. No más de dos metros. Y en mitad de esa zona despunta una roca volcánica. Contra ella dieron de madrugada. Todavía era de noche.
No es, no obstante, un accidente nuevo. Ha ocurrido con anterioridad en otras zonas de Canarias y en idénticas circunstancias. Ayer, con pescadores y veraneantes presentes, y sobre todo con cámaras de televisión cercanas, el suceso simplemente cogió mayor vuelo que otras ocasiones.
¿No sabían nadar? El relato de los presentes da a entender más bien que fue el estado de extremo agotamiento en el que se hallaban, tras la larga travesía en duras condiciones, lo que provocó la tragedia. Así lo dijo un miembro del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), el sargento Juan Ortega Machín, encargado de rescatar los cadáveres. “Es posible que los inmigrantes confundieran los primeros riscos que bordean la bahía de Arinaga con tierra firme. El caso es que se lanzaron al agua creyendo que hacían pie”, aseguró tras hablar con varios pescadores muy madrugadores que vieron cómo enfrente suyo, a apenas 20 metros de distancia, 10 personas se ahogaban sin que ellos pudieran hacer nada, más allá de llamar al teléfono de emergencias.

LOS OTROS
Hubo, como mínimo, seis inmigrantes que corrieron mejor suerte: aún tenían fuerzas para nadar. Al tocar tierra, como es habitual, comenzó su huida, pero duró muy poco. La Guardia Civil los detuvo, desorientados y sedientos, a pocos metros del paseo marítimo de Arinaga. Paradójicamente, su estado de salud era mejor que muchos de los que llegan al archipiélago por la misma ruta. No requirieron ningún tipo de servicio médico y, según los cálculos de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo, podrían llevar entre “dos y cuatro días” en el mar.
A los supervivientes les queda, ahora, prestar declaración en la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria, ser trasladados al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco y, después, vuelta al punto de origen, aquel del que querían escapar. Serán repatriados a Marruecos y entonces habrá terminado un triste viaje en el que partieron 18, 10 se ahogaron cuando creían que ya lo habían conseguido, seis se salvaron y fueron rápidamente detenidos y otros dos continuaban ayer desaparecidos.
Tras este suceso, son ya un centenar los inmigrantes que han fallecido en lo que va de año al tratar de alcanzar las costas españolas.

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