Las autoescuelas reclaman un examen práctico para canjear los permisos de los extranjeros, un trámite que ahora se realiza de forma automática con varios países gracias a convenios bilaterales

LUIS IZQUIERDO / JOAQUIM IBARZ – MADRID / MÉXICO

En algunos países, conseguir el carnet es más difícil que en España; en otros, sólo hay que pagar
¿Se puede obtener el carnet de conducir sin pasar por la autoescuela y sin examinarse? En los últimos cinco años, más de 850.000 extranjeros han canjeado sus permisos de conducción por uno español sin tener que realizar ninguna clase de prueba, ni teórica ni práctica. Lo han podido hacer gracias a los convenios bilaterales establecidos entre España y numerosos países, incluidos todos los de la Unión Europea.

En algunos de esos estados conseguir un carnet de conducir es tanto o más complicado que en España. En otros es únicamente cuestión de dinero. Ni siquiera es imprescindible el certificado médico.

El presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas, José Miguel Báez, recuerda que su organización nunca ha estado de acuerdo con el canje automático y que el importante número de accidentes con extranjeros implicados le da la razón. El grave siniestro ocurrido el jueves en el Eix Transversal en el que murieron tres ciudadanos rumanos y dos andorranos no es una excepción. Según los datos de Tráfico correspondientes a los años 2005 y 2006, el 12% de los conductores implicados en accidentes mortales no eran españoles (aunque hay que tener en cuenta que el 10% de la población española ya tiene un origen inmigrante).

Las autoescuelas reclaman que los extranjeros superen una prueba práctica en la que demuestren su capacidad para conducir antes de que se les entregue el permiso español. “Se hizo mal desde el principio y ahora lo pagamos”, dijo Báez.

Aunque ya en años anteriores se realizaban miles de canjes, el 2004 supuso un punto de inflexión. La firma de los convenios con Marruecos, Ecuador, Perú, Uruguay y Rumanía permitió el canje de 290.202 carnets en un solo año.

En lógica proporción con el número de inmigrantes con permiso de residencia, el colectivo de conductores extranjeros más numeroso es el de los marroquíes, que sólo en los últimos tres años han canjeado unos 180.000 carnets. Los ecuatorianos han obtenido unos 70.000 en el mismo plazo y los rumanos, más de 60.000. De todos modos, la dirección general de Tráfico comprueba ya la veracidad de los permisos porque hay algunos países en donde son otorgados por los ayuntamientos, por lo que se carece de un registro central de carnets.

Antonio Lucas, coordinador de seguridad vial del RACE, indicó a La Vanguardia que muchos de esos países muestran “realidades circulatorias diferentes”.

Por eso, su club de conductores defiende la idea de que debería imponerse como uno de los requisitos para obtener el canje algún tipo de curso de adaptación: superar una serie de materias que ofreciesen garantías de que los conductores que no pasan por el sistema español al menos conocen bien la normativa y cómo se circula en España.

“Podría ofrecerse en sus países de origen o en España, y serviría para que conociesen mejor la circulación a la que se van a enfrentar”, añadió Lucas.

Y es que, como sostienen las autoescuelas, los sistemas que garantizan la validez de los conductores son de fiabilidad dudosa en algunos casos. En Colombia, por ejemplo, para obtener un carnet de conducir se necesita, además de los trámites burocráticos, aprobar un curso de 17 horas prácticas y 16 de teoría. Eso dice la ley. “Pero la ley es lo último que se respeta”, señala la revista bogotana Soho,uno de cuyos redactores obtuvo un carnet con soborno. Muchos colombianos acuden a los tramitadores para evitar trabas, clases, examen médico y largas colas. Basta abrir las Páginas Amarillas, buscar la palabra trámites y preparar entre 150.000 y 200.000 pesos (entre 50 y 70 euros). Llegará un mensajero a recoger el dinero, la foto y la fotocopia del DNI. “A la semana siguiente le entregará su carnet de conducir sin que usted ni siquiera se haya movido de su casa”, afirma la publicación.

Lo que ocurre en Colombia se repite en Ecuador, Perú, México y otros países latinoamericanos. Aunque las leyes exigen un curso de autoescuela y un examen médico, en la práctica se pueden obviar los requisitos legales. Además, existen muchos carnets falsificados: conducir en la mayoría de las capitales latinoamericanas es, en definitiva, una experiencia difícil de comparar.