Uno de cada diez alumnos del nuevo curso en Primaria es inmigrante

El Día, COLPISA, Madrid, 01-09-2007

El colectivo de escolares extranjeros en España el pasado curso alcanzó los 600.000 estudiantes y en el presente, a falta de datos definitivos, pues la matriculación sigue abierta, se espera que supere con creces esa cifra. Uno de cada diez niños matriculados en Primaria es extranjero y su número crece un 14,5% cada año.

A la vista de la nueva realidad de las aulas, profesores y centros educativos tratan de buscar fórmulas para la integración de estos jóvenes. Clases de castellano, mediadores culturales o actividades que potencian otras culturas son algunas de las fórmulas utilizadas por los colegios para crear una educación sin barreras.

Por lugares de origen, el 45% de estos niños matriculados en colegios públicos son latinoamericanos, el 25% europeos y un porcentaje similar africanos, mientras que cerca del 5% son asiáticos.

A la hora de abordar el tema de la diversidad cultural, las escuelas optan por la enseñanza del español como paso previo a cualquier otra medida. Seis de cada diez alumnos extranjeros se matriculan sin conocer el idioma.

Es aquí donde entran en juego las experiencias de Aulas Temporales de Adaptación Lingüística (ATAL) o Equipos de Atención Lingüística (EALIS) puestas en marcha en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, que forman a los alumnos en pequeños grupos en la lengua de acogida.

En el caso de los estudiantes latinoamericanos (un 45% del total), el idioma no es una barrera a la hora de emprender estudios en España. No ocurre así con el nivel educativo, cuya media está por debajo de la nacional.

Los resultados del último estudio PISA, que realiza una comparativa de los sistemas educativos de cada país, indican que el nivel de las escuelas latinoamericanas es más bajo que el de las españolas. Tal es el caso de Argentina, México o Brasil, que tienen una media de casi cien puntos inferior a la de España, mientras que en Perú o Ecuador, la diferencia asciende hasta 150.

“Los problemas que los alumnos inmigrantes plantean debido a la distancia entre sus costumbres familiares y los del país de llegada no han tenido tratamiento escolar específico hasta hace bien poco”, señala Julio Carabaña, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

Es en este punto donde interviene el mediador intercultural, una figura clave para facilitar la integración de los alumnos y las familias inmigrantes en el sistema educativo.

Si los mediadores se encargan de la integración social, son las aulas de enlace, puestas en marcha por cada comunidad autónoma, las encargadas de la adaptación lingüística y escolar.

En ellas se establecen tres niveles para la distribución del alumnado inmigrante según su nivel de conocimiento del idioma (bajo, intermedio o hispanohablante).

Antes de comenzar su formación, se hace una entrevista al alumno en el que se recogen sus datos familiares, costumbres e información escolar, ya que muchos vienen sin los datos de escolarización de su país de origen.

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