Un bebé que aún no había cumplido el año de edad se convirtió el sábado pasado en la última víctima de malos tratos infantiles. Sucedió en Reus (Tarragona), cuando, poco antes de las dos de la tarde la madre volvía del supermercado y, al llegar a casa, encontró a su hijo malherido, con signos evidentes de violencia. Su compañero sentimental, Luigi G. R., de 18 años de edad y de origen dominicano, se había quedado a cargo del menor mientras la madre compraba. Ayer, la mujer declaró ante la Policía Nacional que le considera el autor material de la fatal paliza que terminó con la vida del bebé.

Varios vecinos del bloque donde vivía la pareja impidieron que la madre se quitara la vida arrojándose por la escalera en pleno ataque de histeria. Ella, también empleada de limpieza como él, está embarazada de unos cinco meses del presunto homicida de su otro hijo.

Pocos fueron los vecinos que no se estremecieron al oír los gritos de la madre cuando llegó al piso. La mujer, también dominicana y de 20 años de edad, rompió a llorar y a gritar al advertir las heridas que tenían malherido a su hijo. Justo después de avisar a la ambulancia para atender a la criatura ella también sufrió un ataque de ansiedad, y otra ambulancia tuvo que acudir al lugar para prestarle asistencia. La pareja explicó a la telefonista del servicio de emergencias que el bebé “se había caído y se había hecho mucho daño”. El pequeño fue trasladado de inmediato al Hospital Universitario Sant Joan de Reus, donde ingresó ya cadáver a causa de una parada cardiorrespiratoria, según informaron fuentes del hospital.

La pareja se alojaba desde hacía un año y medio en el número 3 de la céntrica calle Maria Antònia París, donde vivía de alquiler junto a una nutrida comunidad de inmigrantes dominicanos. Varios de estos amigos y familiares trataban ayer de explicarse el porqué del suceso, reunidos en un bar cercano a la vivienda. Sus testimonios coinciden en apuntar que no era la primera vez que la violencia aparecía en la pareja.

Un amigo de la madre aseguraba que el detenido, que reside en España desde hace dos años y trabaja de empleado de limpieza en un camping de Mont – roig del Camp, “se había vuelto muy violento” durante el último año. Estas fuentes añadieron que tanto el bebé fallecido como la madre habían sufrido sus golpes en repetidas ocasiones, y que eran habituales las discusiones entre ellos.

Sin embargo, la policía no tenía ayer constancia de denuncias previas de malos tratos contra el detenido, aunque los agentes investigan estos posibles antecedentes de violencia. Otras fuentes cercanas a la pareja explicaron también que el padre del bebé fallecido, fruto de una relación anterior de la joven madre, quería llevárselo a Santo Domingo con él.

Los moratones que presentaba el bebé y los hematomas repartidos por todo el cuerpo llevaron a los médicos del hospital a activar de inmediato el protocolo de malos tratos que establece que los servicios médicos avisen tanto al Departamento de Acción Social de la Generalitat de Cataluña como a la Justicia al detectar un posible caso de violencia, informaron fuentes del hospital.

Así pues, los médicos avisaron al juzgado de guardia de Reus, que decretó el secreto sumarial sobre el caso. Mientras tanto, la madre recibía atención médica por un ataque de ansiedad. Los forenses analizaron también ayer el cuerpo del bebé para determinar las circunstancias exactas de su muerte.

Fuentes de la policía local aseguraron que algunos familiares de la madre “estaban muy alterados y se mostraban potencialmente violentos”, e incluso se desplazaron al hospital con la intención de arremeter contra el detenido. Casi nadie parecía tener dudas de que era el autor de la muerte de la criatura.

También las fuentes policiales se mostraron convencidas de la autoría del homicidio. “Hemos detenido al único que estaba con el bebé cuando recibió esas heridas”, dijo ayer un portavoz del cuerpo.

El detenido, que fue arrestado apenas dos horas después del ingreso en el hospital del bebé, pasará a disposición judicial durante el día de hoy. Ayer prestó declaración ante la policía, igual que la madre del bebé.