Quichua se enseñará a catalanes

El Universo, Jaime Cevallos, 01-09-2007

| BARCELONA, España

Un acuerdo permitirá que a cambio se dicten clases de catalán en Ecuador.

El quichua comienza a florecer en Cataluña porque desde octubre próximo se impartirán clases de esta lengua en la Escuela de Idiomas de Barcelona y en el local de la asociación de inmigrantes Fedelatina.

De esta manera, la comunidad de otavaleños de Cataluña –de unas 700 personas– cumplirá uno de sus sueños al ver que    su lengua es  reconocida y que el  aprendizaje  va generando interés entre los ciudadanos catalanes.

Sacha Rosero, otavaleño de 36 años que salió de su tierra cuando aún era adolescente, explica que en una  conversación con autoridades catalanas, se planteó la posibilidad de crear una escuela de quichua en Barcelona a cambio de abrir una o varias escuelas de catalán en Ecuador. “La propuesta tuvo una grata aceptación y ahora estamos trabajando en ello”.

La idea de la escuela de quichua fecundó  por la necesidad de preservar la lengua y para  divulgarla en el mundo. “Los otavaleños somos conocidos por difundir nuestra cultura a través de nuestra vestimenta tradicional, artesanías, música y, por supuesto, por nuestro idioma nativo”, apunta Rosero.

“En Barcelona sucede lo mismo entre los otavaleños. Sin embargo, en los últimos años hemos visto que los hijos de indígenas ya no hablan el quichua. Eso nos preocupa porque podríamos perder uno de nuestros valores culturales”.

Sayri Cotacachi llegó a Barcelona cuando tenía 25 años. Ahora, con 50, recuerda que salió joven de su Otavalo natal, y tras periplos por numerosos países, recaló en Barcelona, donde han nacido sus dos hijas: Tamia, de 19 años, y Paumi, de 5. “Los otavaleños estamos muy integrados. Mis hijas hablan en catalán. La mayor ya está en la universidad, en la que estudia periodismo y audiovisuales”.

Julio Rubia, periodista catalán, explica que va a participar en las clases de quichua, un idioma que escuchó por primera vez en 1998. “Para mí, la defensa de la lengua es un deber de Estado. La lengua es cultura y es el medio adecuado para el reconocimiento de la autoestima de los ecuatorianos. Es muy importante que se impartan clases de quichua, pero sería más trascendental que en Ecuador también lo hagan”.

Sacha Rosero cree que en Ecuador no hay “una cultura ecuatoriana propia”, y la que hay es “fruto de 500 años de opresión a las culturas nativas.

“Durante este tiempo se ha prohibido y se ha hecho pensar que el quichua no sirve y que es para los indios, los ignorantes y se ha conseguido que se tenga vergüenza de nuestros orígenes y de nuestro idioma. Ahora muchos compatriotas migrantes se dan cuenta lo que hace una cultura y esto ha despertado la curiosidad por aprender su propio idioma, su verdadero idioma y no el impuesto”.

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