Cuatro mexicanos en la LAF

El Universal, 01-09-2007

MADRID, (EFE).— Distintos diseñadores latinos mostraron ayer en la última jornada de la pasarela LatinoAméricaFashion (LAF) de Madrid sus trabajos para la próxima temporada primavera – verano 2008 en la que predominan los tejidos frescos y ligeros, y el negro se impone.

LAF, la única pasarela dedicada exclusivamente a la moda de América Latina que se celebra en Europa, llevó a cabo su último día de desfiles en los que se incluyó a los jóvenes mexicanos Trista, que debutaron junto con la colombiana Lina Cantillo, a las hermanas mexicanas Julia y Renata, a la brasileña Gloria Coelho, y al argentino Pablo Ramírez.

José Alfredo Silva y Giovanni Estrada, de Trista, buscan hacerse un hueco en el mundo de la moda mundial y de momento han tenido buenos resultados en México, lo cual les valió el pasaje para la LAF.

Para el próximo verano, crearon una colección en la que evocan el México imperial del siglo XIX y la elegancia que les sugiere la emperatriz Carlota de México, a partir de cuya imagen han recreado un mundo de lujo y esplendor urbano para el siglo XXI.

Las siluetas asimétricas pero equilibradas se dejan ver en toda su colección. Aparecen faldas de gasa sujetas con largos cinturones de piel, camisas de seda con jaretas y mangas abullonadas, trabajadas en textiles muy finos como algodones con seda, sedas puras, gasas en tonos crudos, beige, gris y negro.

La colombiana Lina Cantillo puso el toque masculino con una colección para hombres en la que se vieron trajes sport de cuadros o combinados lisos, pantalones cortos o largos pero anchos y frescos en una paleta en la que sobre el blanco destacan el celeste, el marino, y los tonos terrosos.

También debutó en Madrid aunque no en la moda, la brasileña Gloria Coelho, quien lleva más de 30 años dedicada al diseño y cuya marca exporta a Arabia Saudita, China, Corea del Norte, Estados Unidos, Francia, Japón y Rusia, entre otros países.

Como un carnaval ve Coelho a la estación estival. Máscaras, confeti y serpentinas fueron la inspiración para los estampados de esta colección que también tiene una parte retro, inspirada en el cine italiano de los años 60 y 70.

A modo de fotografía, con el concepto positivo – negativo, superpone tul blanco sobre prendas negras o viceversa en vestidos y faldas muy trabajados en organza, algodón y tul, tejidos con los que juega para introducir transparencias en una colección muy femenina.

Su apuesta por el blanco y el negro no desluce los colores alegres como verdes, rosas y azules que en ocasiones se tornan metalizados en prendas más desenfadadas. El brillo se acentúa con el empleo de cristales de Swarovski y perlas, entre otros adornos, para delicados vestidos de noche que evocan el glamour de otras épocas.

También original fue la apuesta de las mexicanas Julia y Renata, ambas “nerviosas y muy contentas” de regresar a la LAF por tercer año y aseguraron que “es muy emocionante participar con un desfile individual y compartir esta experiencia con un grupo de diseñadores tan creativos”.

Presentaron una colección Geológica con piezas asimétricas, deconstruidas, que sobre todo destacan por sus colores, una confrontación de neutros y luminosos que combinan de forma magistral para que no haya ninguna estridencia y la sensación de suavidad domine en la prenda.

Usan los marrones y los colores tierra de base y luego hacen mezclas tricolores con amarillo, beige y negro; mandarina, gris y chocolate; azul real, menta, ocre y violeta en una simbiosis única.

De riguroso negro vistió la pasarela Ramírez para despedir la quinta edición de la LAF. Éste siempre es su color, para verano e invierno, porque le gusta vestir a una mujer elegante, sea con prendas sencillas como las batas abotonadas de lino que presentó o con delicados vestidos de gasa, seda y satén de inspiración cinematográfica de los años 50.

Su propuesta son prendas ligeras en algodón, mezclilla o lino que ajustan al cuerpo y realzan la silueta. Para conseguirlo el diseñador estudia los cortes y las estructuras de sus piezas, de las que nacen prendas complejas pero sencillas en apariencia.

MADRID, (EFE).— Distintos diseñadores latinos mostraron ayer en la última jornada de la pasarela LatinoAméricaFashion (LAF) de Madrid sus trabajos para la próxima temporada primavera – verano 2008 en la que predominan los tejidos frescos y ligeros, y el negro se impone.

LAF, la única pasarela dedicada exclusivamente a la moda de América Latina que se celebra en Europa, llevó a cabo su último día de desfiles en los que se incluyó a los jóvenes mexicanos Trista, que debutaron junto con la colombiana Lina Cantillo, a las hermanas mexicanas Julia y Renata, a la brasileña Gloria Coelho, y al argentino Pablo Ramírez.

José Alfredo Silva y Giovanni Estrada, de Trista, buscan hacerse un hueco en el mundo de la moda mundial y de momento han tenido buenos resultados en México, lo cual les valió el pasaje para la LAF.

Para el próximo verano, crearon una colección en la que evocan el México imperial del siglo XIX y la elegancia que les sugiere la emperatriz Carlota de México, a partir de cuya imagen han recreado un mundo de lujo y esplendor urbano para el siglo XXI.

Las siluetas asimétricas pero equilibradas se dejan ver en toda su colección. Aparecen faldas de gasa sujetas con largos cinturones de piel, camisas de seda con jaretas y mangas abullonadas, trabajadas en textiles muy finos como algodones con seda, sedas puras, gasas en tonos crudos, beige, gris y negro.

La colombiana Lina Cantillo puso el toque masculino con una colección para hombres en la que se vieron trajes sport de cuadros o combinados lisos, pantalones cortos o largos pero anchos y frescos en una paleta en la que sobre el blanco destacan el celeste, el marino, y los tonos terrosos.

También debutó en Madrid aunque no en la moda, la brasileña Gloria Coelho, quien lleva más de 30 años dedicada al diseño y cuya marca exporta a Arabia Saudita, China, Corea del Norte, Estados Unidos, Francia, Japón y Rusia, entre otros países.

Como un carnaval ve Coelho a la estación estival. Máscaras, confeti y serpentinas fueron la inspiración para los estampados de esta colección que también tiene una parte retro, inspirada en el cine italiano de los años 60 y 70.

A modo de fotografía, con el concepto positivo – negativo, superpone tul blanco sobre prendas negras o viceversa en vestidos y faldas muy trabajados en organza, algodón y tul, tejidos con los que juega para introducir transparencias en una colección muy femenina.

Su apuesta por el blanco y el negro no desluce los colores alegres como verdes, rosas y azules que en ocasiones se tornan metalizados en prendas más desenfadadas. El brillo se acentúa con el empleo de cristales de Swarovski y perlas, entre otros adornos, para delicados vestidos de noche que evocan el glamour de otras épocas.

También original fue la apuesta de las mexicanas Julia y Renata, ambas “nerviosas y muy contentas” de regresar a la LAF por tercer año y aseguraron que “es muy emocionante participar con un desfile individual y compartir esta experiencia con un grupo de diseñadores tan creativos”.

Presentaron una colección Geológica con piezas asimétricas, deconstruidas, que sobre todo destacan por sus colores, una confrontación de neutros y luminosos que combinan de forma magistral para que no haya ninguna estridencia y la sensación de suavidad domine en la prenda.

Usan los marrones y los colores tierra de base y luego hacen mezclas tricolores con amarillo, beige y negro; mandarina, gris y chocolate; azul real, menta, ocre y violeta en una simbiosis única.

De riguroso negro vistió la pasarela Ramírez para despedir la quinta edición de la LAF. Éste siempre es su color, para verano e invierno, porque le gusta vestir a una mujer elegante, sea con prendas sencillas como las batas abotonadas de lino que presentó o con delicados vestidos de gasa, seda y satén de inspiración cinematográfica de los años 50.

Su propuesta son prendas ligeras en algodón, mezclilla o lino que ajustan al cuerpo y realzan la silueta. Para conseguirlo el diseñador estudia los cortes y las estructuras de sus piezas, de las que nacen prendas complejas pero sencillas en apariencia.

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