Aumentan crímenes de autoridades fronterizas

El Universal, Natalia Gómez Quintero, 31-08-2007

En este año se ha superado el récord de mexicanos muertos a manos de autoridades policiacas y migratorias de Estados Unidos.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de 2005 a la fecha, de los 14 homicidios registrados, cuatro ocurrieron en 2005, tres en 2006 y siete en 2007.

La dependencia también informó que 11 de los mexicanos muertos fueron atacados por arma de fuego, uno fue atropellado, otro murió por descargas eléctricas y uno más falleció después de su traslado al hospital.

De acuerdo con un informe de la cancillería, 50% de los homicidios han sido cometidos por agentes de la Patrulla Fronteriza y el resto por autoridades estatales y locales. Los casos se encuentran en cortes estadounidenses, pero se reconoce que “avanzan lentamente”.

Además, la dependencia ha identificado un incremento de la violencia en la frontera donde desde hace un par de años se han presentado 750 incidentes violentos, la mitad de ellos entre la frontera de California y Baja California.

Información oficial indica que el memorando de entendimiento firmado entre los gobiernos de México y Estados Unidos en 2001, por el que las autoridades migratorias se comprometen a utilizar armas no letales en caso de agresiones, como los proyectiles de polvo pimienta, se encuentra vigente; sin embargo, la Patrulla Fronteriza ha justificado ante el gobierno de México que las armas de fuego se usan en casos extremos, en los que corre peligro la vida de los agentes.

Versiones contradictorias

Testimonios recabados contradicen esa información, ya que en el homicidio del mexicano José Alejandro Ortiz Castillo, ocurrido el 8 de agosto pasado, se presume que hubo exceso de fuerza por parte de la Patrulla Fronteriza del sector El Paso, en Texas, pues no existió motivo alguno para dispararle al connacional.

Aunque información oficial confirmó que Ortiz Castillo era traficante de personas.

En el caso en el que hay más avances es el de Francisco Javier Domínguez Rivera, quien en enero del 2007 perdió la vida debido a impactos de arma de fuego por parte de un agente de la Patrulla Fronteriza de la estación de Naco, Arizona.

Con el apoyo del consulado de México en Tucson se han realizado gestiones de apoyo a sus familiares, quienes fueron testigos presenciales de los hechos y por ello aún permanecen en el territorio estadounidense.

Cada uno de estos casos ha provocado la comunicación diplomática entre México y Estados Unidos, donde invariablemente se ha planteado el uso excesivo de la fuerza.

De los 14 casos de mexicanos muertos en manos de las autoridades estadounidenses se considera que sólo tres podrían calificarse como graves, el restante se señala que fueron incidentes menores al quebranto de las leyes.

En este año se ha superado el récord de mexicanos muertos a manos de autoridades policiacas y migratorias de Estados Unidos.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de 2005 a la fecha, de los 14 homicidios registrados, cuatro ocurrieron en 2005, tres en 2006 y siete en 2007.

La dependencia también informó que 11 de los mexicanos muertos fueron atacados por arma de fuego, uno fue atropellado, otro murió por descargas eléctricas y uno más falleció después de su traslado al hospital.

De acuerdo con un informe de la cancillería, 50% de los homicidios han sido cometidos por agentes de la Patrulla Fronteriza y el resto por autoridades estatales y locales. Los casos se encuentran en cortes estadounidenses, pero se reconoce que “avanzan lentamente”.

Además, la dependencia ha identificado un incremento de la violencia en la frontera donde desde hace un par de años se han presentado 750 incidentes violentos, la mitad de ellos entre la frontera de California y Baja California.

Información oficial indica que el memorando de entendimiento firmado entre los gobiernos de México y Estados Unidos en 2001, por el que las autoridades migratorias se comprometen a utilizar armas no letales en caso de agresiones, como los proyectiles de polvo pimienta, se encuentra vigente; sin embargo, la Patrulla Fronteriza ha justificado ante el gobierno de México que las armas de fuego se usan en casos extremos, en los que corre peligro la vida de los agentes.

Versiones contradictorias

Testimonios recabados contradicen esa información, ya que en el homicidio del mexicano José Alejandro Ortiz Castillo, ocurrido el 8 de agosto pasado, se presume que hubo exceso de fuerza por parte de la Patrulla Fronteriza del sector El Paso, en Texas, pues no existió motivo alguno para dispararle al connacional.

Aunque información oficial confirmó que Ortiz Castillo era traficante de personas.

En el caso en el que hay más avances es el de Francisco Javier Domínguez Rivera, quien en enero del 2007 perdió la vida debido a impactos de arma de fuego por parte de un agente de la Patrulla Fronteriza de la estación de Naco, Arizona.

Con el apoyo del consulado de México en Tucson se han realizado gestiones de apoyo a sus familiares, quienes fueron testigos presenciales de los hechos y por ello aún permanecen en el territorio estadounidense.

Cada uno de estos casos ha provocado la comunicación diplomática entre México y Estados Unidos, donde invariablemente se ha planteado el uso excesivo de la fuerza.

De los 14 casos de mexicanos muertos en manos de las autoridades estadounidenses se considera que sólo tres podrían calificarse como graves, el restante se señala que fueron incidentes menores al quebranto de las leyes.

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