Un grupo de neonazis trata de linchar a unos indios

Medio centenar de jóvenes protagonizaron una verdadera cacería humana

Canarias 7, Colpisa. Berlín, 21-08-2007

El pequeño pueblo de Mügeln en el “Land” de Sajonia tiene solo 5.000 habitantes y, desde que fuera fundado a fines del siglo X, nunca ocupó las primeras paginas de la prensa germana, ni tampoco despertó el interés de las cadenas de televisión.

Todo cambió el sábado pasado cuando medio centenar de jóvenes, armados de valor gracias a la cerveza y por la complicidad de decenas de habitantes, protagonizaron una verdadera cacería humana contra ocho indios.

Como cada año, Mügeln celebró su fiesta anual en la plaza del pueblo. Las primeras escaramuzas entre los indios y los jóvenes neonazis comenzaron en la pista de baile. Siguieron los empujones, luego volaron las primeras botellas y cuando los indios recibieron los primeros golpes, decidieron huir de la fiesta.

Fue entonces cuando se inició la cacería y sonaron en la plaza del pueblo los gritos de guerra que han hecho famosos y temidos a los neonazis en todo el país. “`fuera con los extranjeros!” y “`aquí manda la resistencia nacional!”.

Alentados por los curiosos y por la ausencia de la Policía, unos 50 jóvenes persiguieron a los aterrorizados indios, que lograron encontrar refugio en una pizzería cercana. El dueño, también un ciudadano indio, les abrió una puerta lateral y pidió auxilio a la Policía.

“Tardaron una eternidad en llegar”, dijo ayer el asustado propietario de la pizzería, entrevistado por los periodistas. “Si hubieran tardado otros cinco minutos se habría producido una tragedia”. Durante la espera, que hizo temer por sus vidas a los indios, los neonazis destruyeron el coche del propietario y rompieron la puerta de la pizzería para cazar a sus victimas.

Heridos de gravedad

70 agentes de la policía impidieron, en efecto la tragedia, pero los ocho indios resultaron heridos, algunos de gravedad. Dos policías y dos manifestantes alemanes también sufrieron lesiones.

Los detalles de la cacería humana de Mügeln llegaron a oídos de un reportero de un periódico de Leipzig el domingo por la tarde, un hecho que hizo creer a la prensa germana que las autoridades intentaron silenciar el escándalo. Peor aún, según informaciones periodísticas, las autoridades habían sido informadas con anterioridad de que los neonazis querían divertirse a su manera durante la fiesta.

La cacería humana convirtió a Mügeln en el pueblo más famoso de Alemania y volvió a dejar al desnudo que la violencia xenófoba de los neonazis aun sigue echando raíces en el país. Con todo, el alcalde del pueblo, Gotthard Deuse, aprovechó la presencia de decenas de cámaras de televisión para intentar salvar el honor del pueblo. “Los autores del ataque no viven en Mügeln”, dijo el alcalde, “El pueblo tiene 5000 habitantes, todos se conocen y aquí no hay neonazis”.

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