Problema del ferrocarril no detiene a una familia

La Prensa Gráfica, Gonzalo Egremy, 18-08-2007

El salvadoreño que ya llegó hasta aquí (Tapachula) es difícil que se regrese; si no hay tren, pues seguimos a pie o en lo que sea, lo importante es llegar a los Estados (Unidos), esa es la declaración textual del inmigrante salvadoreño José Muñoz.

De 36 años de edad, originario de La Cruz, Usulután, agrega que por lo general el migrante salvadoreño es bien trucho (hábil) y que a falta del ferrocarril caminamos o pedidos ride (jalón).

Entrevistado en las inmediaciones del albergue católico Belén, Muñoz afirma que esta es la segunda ocasión en los últimos cinco años en que viaja a los Estados Unidos.

En 2002 logró llegar a Estados Unidos, pero hace un año regresó a El Salvador porque su hijo estaba enfermo. Pero ahora, Muñoz agrega: Voy de vuelta parriba (Estados Unidos), pero ya sabía que no hay tren, porque nos los dijeron los coyotes desde Guatemala, que por eso están cobrando mucho más el viaje en camiones desde Ciudad Hidalgo hasta Puebla.

José Muñoz asegura que no cuenta con dinero para el pago de algún coyote, por lo que ha decidido continuar su viaje a pie o pidiendo ride a los conductores de tráileres en las gasolineras.

Caminaré entre 10 y 15 kilómetros cada día; me acercaré a alguna iglesia o alguna casa de ayuda a los inmigrantes, pediré agua y comida con la gente a cambio de trabajar en algo; y no me importa que me lleve cuatro o cinco meses, pero voy de regreso, manifiesta.

Al igual que José Muñoz, medio centenar de migrantes de distintas nacionalidades centroamericanas hacían planes de continuar su viaje hacia el norte.

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