HOMICIDIO DE UN JOVEN EN ALCANTARILLA 'LA VERDAD' DESVELA LAS DILIGENCIAS JUDICIALES

Varios testigos declaran que la reyerta mortal siguió en la calle

La Policía duda de la versión de los sospechosos, que han declarado que toda la pelea fue en el pub Mustafá y que sólo Eduardo García participó en el apuñalamiento, y cree que Óscar Orenes fue acuchillado ya fuera

La Verdad, RICARDO FERNÁNDEZ, 17-08-2007

Si tres de los cinco detenidos por su presunta relación con la muerte de Óscar Orenes, de 18 años, han confesado que el apuñalamiento lo cometió Eduardo García Bautista, de 22 años, y que el resto de los implicados en la pelea se limitó a lo sumo a asestar algún puñetazo y a lanzar alguna botella y algún taburete, ¿por qué razón tendrían que haber sido ingresados los cinco en prisión incondicional, incluido uno de ellos cuya participación se limitó supuestamente a encajar un brutal puñetazo que le dejó semiinconsciente casi toda la tángana?

Los motivos hay que buscarlos en las contradicciones que presenta la versión de estos cinco implicados con la que dan la mayor parte de los testigos de la bronca, que confirman que la pelea se inició en el pub Mustafá, pero sostienen – en contra de los declarado por los cinco jóvenes de etnia gitana – que luego continuó en la calle, que es donde habría sido apuñalado mortalmente Óscar Orenes.

Los agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Alcantarilla que han investigado el crimen sospechan que los implicados en el asunto – los hermanos Eduardo y Antonio García Bautista, los también hermanos Juan y Antonio García Fernández, y Antonio García Salguero, todos a su vez primos entre sí – , después de que uno de ellos hubiese apuñalado a Francisco Orenes, de 25 años, en el interior del pub, siguieron hasta la calle a su hermano menor, Óscar, y allí siguieron golpeándole, hasta que recibió cuatro navajazos – uno de ellos en el corazón – que le costaron la vida. El chico expiró sobre la acera, a una veintena de metros del pub.

Esas dudas de los policías judiciales parecen haberse trasladado al juez instructor, que ha optado por ingresar a los cinco sospechosos en prisión en tanto empieza a hacerse luz en los agujeros negros de la investigación.

«Lo enganchó del cuello»

Según se deduce de las actuaciones policiales y judiciales practicadas hasta el momento, y cuyo contenido adelantó ayer La Verdad, la versión mantenida por tres de los los presuntos implicados en el crimen es, en resumen, la siguiente: hacia las tres y media de la mañana, los hermanos Orenes se encontraron en el pub Mustafá con los hermanos García Fernández, a quienes conocían por haber sido vecinos suyos, y con el primo de éstos, Antonio García Salguero. A causa de un saludo excesivamente efusivo, que el receptor no acogió de buen grado, se montó una monumental pelea, en la que se llegaron a arrojar vasos, botellas y taburetes.

En ésas estaban cuando irrumpieron en el local los hermanos García Bautista, quienes al ver que alguien se estaba peleando con sus primos se metieron sin pensarlo en la reyerta. Según ha declarado Antonio García Salguero, «Eduardo entró disparado, como un toro, preguntando ¿quién es?, ¿quién es?, y cogió a uno de los hermanos de la pechera y lo metió hasta el fondo del bar, donde están los aseos. (…) Eduardo me ha dicho, nos lo ha dicho a todos con su boca de comer, que sacó la navaja y le pinchó a Óscar cuatro o cinco veces. Cuando éste se quedó como inmovilizado, y no se podía mover, se fue a por el hermano y lo apuñaló también, dándole bastantes veces».

También los hermanos García Fernández han apuntado a que las cuchilladas las asestó su primo Eduardo y, según la señalado el mayor de ellos, Antonio, le escuchó decir: «¿Vámonos, vámonos, que le he pinchado!». Y añadió haber visto cómo «Eduardo limpiaba la navaja en la camiseta cuando salió del pub». Por su parte, el menor de los García Fernández, Juan, también declaró haber escuchado decir a Eduardo lo de «¿Vámonos, que le he pinchado!».

«Fuera siguió la pelea»

Pero no todo parece tan simple. Las declaraciones de varios testigos sostienen, sin género de dudas, que la pelea continuó en el exterior del pub. Así, D.A., camarera del local, explica que antes de que se iniciase la pelea escuchó cómo uno de los chicos de etnia gitana se dirigía a los hermanos Orenes y decía a uno de ellos: «Yo a ti te tengo que matar». Cuando se inició la pelea, ella salió a la calle para avisar a su jefe y después a la Policía, «pero uno de los chicos de etnia gitana me pegó un puñetazo en la oreja derecha, diciéndome: ¿A quién llamas, puta, a la Policía?». Asegura que entonces volvió a entrar en el local, «mientras se golpeaban en la calle dos grupos, uno de dos chicos y otro de cinco».

Uno de los clientes del local, después de describir la pelea en el pub, asegura que ayudó al personal del local a echar a los contendientes a la calle. «Poco después entró una clienta, la cual decía que habían apuñalado a una persona en la calle». Y otro cliente, de origen marroquí, que había entrado al bar para comprar tabaco, declara que «los chicos que se estaban peleando salieron del pub y siguieron con dicha pelea».

También una amiga del fallecido ha relatado a la Policía cómo entró en el bar un cliente habitual y contó que un grupo de individuos «había agredido a Francisco y a Óscar de forma brutal» y que a éste le siguieron pegando en la calle «desplazándolo con todo tipo de golpes hasta la calle de enfrente, asestándole una puñalada y dejándolo tendido en el suelo».

Ante tal cúmulo de manifestaciones, y ante las contradicciones existentes con la versión mantenida por los implicados en la pelea, que sostienen que todo se produjo en el interior del pub, es por lo que el juez parece haber ordenado el ingreso de los cinco en prisión. Parece que ahí seguirán mientras las circunstancias no estén más claras.,

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