Un minusválido norteamericano, deportado y detenido al volver a EE UU

La Razón, Marta Torres , 09-08-2007

Nueva York- Pedro Guzmán, de 29 años, es sólo uno más de los millones de personas que cruzan ilegalmente la frontera entre México y EE UU. También es uno más de los cientos de detenidos a diario por la Policía Fronteriza. Él «cayó» cuando intentaba pasar desde Mexicali (México) a Calexico (California). Pero lo que diferencia a Pedro, un joven con discapacidad mental, del resto es que ha cruzado el «borde» (como llaman los hispanos a la frontera) al revés. Es decir, Pedro decidió pasar ilegalmente desde México para volver a su país, EE UU.
El joven es estadounidense. Nació en Los Ángeles en el seno de una familia mexicana. Pero fue deportado el pasado 11 de mayo por las autoridades estadounidenses al confundirle con un mexicano en situación irregular. Durante los tres meses que ha pasado en México, el joven ha sobrevivido a base de comida de las bolsas de basura y lavándose en los ríos, mientras emprendía un viaje de 160 kilómetros a pie para llegar a Estados Unidos.
Durante 87 días, su madre María Carvajal le ha buscado en morgues, hospitales y prisiones de Tijuana, donde las autoridades norteamericanas le dijeron que le habían abandonado. Ahora Pedro ya está en su casa de Lancaster (California), aunque tiene miedo de todos y de todo.
«Por el color de su piel»
Su odisea comenzó cuando fue detenido por entrar en una propiedad privada. Entonces cumplió 25 días de prisión hasta que le deportaron. A Guzmán Sólo le dio tiempo a llamar a su madre para decirle que le iban a echar del país. Antes de que ésta pudiese averiguar dónde estaba su hijo, se cortó la comunicación. Entonces, María Carvajal pidió ayuda al Gobierno porque «fue su culpa, no la mía» y recibió asistencia del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, aunque los roces fueron constantes.
El director de la Unión Americana para la Libertades Civiles, Mark Rosenbaum, la organización que ha ayudado a la familia a poner una denuncia contra el Gobierno estadounidense, afirma que «fue deportado por el color de su piel, no le creyeron cuando dijo que era ciudadano estadounidense y, además, para colmo, ahora le han puesto en espera para una audiencia ante un juez de inmigración».

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