Las vacaciones de verano son una época de riesgo para muchas niñas de ascendencia africana, según los datos de la Comisión contra la Mutilación Genital Femenina. Sólo en Girona, donde actúa este grupo desde 2002, se han identificado a 36 niñas con un alto riesgo de sufrir la mutilación genital durante el viaje previsto a los países de origen de sus padres. La práctica está considerada un delito en España, aunque se realice fuera, lo que choca con las costumbres de algunos inmigrantes. Al menos una niña ha sido ya víctima de la ablación. A otras tres se les ha prohibido salir del país, ante el riesgo de que reciban el cruel tratamiento.

En otros ocho casos, los padres han tenido que firmar un documento que permitirá que las menores sean examinadas por un médico cuando regresen de sus países de origen para detectar posibles mutilaciones en los genitales. Todas las niñas serán controladas por un equipo de mediadores que velará por su integridad física y hablará con sus familias sobre los peligros y las consecuencias que tiene la ablación.