Integración a golpe de voluntad ciudadana

El Ayuntamiento de Valencia delega su política de atención a inmigrantes en las organizaciones cívicas

El País, D. BARCALA / B. RUBIO - Valencia - 03/08/2007, 03-08-2007

La integración de los inmigrantes en Valencia depende de la voluntad ciudadana. El Ayuntamiento basa la atención a este colectivo en centros concertados como el albergue de los Misioneros Apostólicos de María Inmaculada, único centro exclusivo de atención a inmigrantes, propiedad de una congregación al margen de la Iglesia. A raíz de la expulsión de los indocumentados que vivían bajo el puente de Ademuz, la deficiente política municipal ha quedado al descubierto.

Es una tarea que “corresponde a la administración pública”, asegura Manuel Martínez, director de la Fundación Rais. Esta entidad, que atiende a personas en riesgo de exclusión, dispone de un piso semitutelado de acogida en Alboraia exclusivo para inmigrantes. Las personas que entran, con cierta autonomía, están en proceso de búsqueda de empleo. La fundación les define un plan para encontrar trabajo y vivienda.

Cáritas tiene cuatro pisos similares en la provincia. Acogen a inmigrantes derivados desde el Ayuntamiento, que no hablen español y que lleven menos de un año en España, como detalla Rosa Medina, responsable de la atención social a inmigrantes. Después de dos meses de integración reciben asesoramiento laboral.

Julio Such, concejal del PSPV en Valencia, recordó ayer que el Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo obliga al Ayuntamiento a crear una casa de acogida. El edil instó a la concejal de Bienestar Social, Marta Torrado, a poner en marcha un plan que “diferencie el concepto de albergue y el de casa de acogida”. “La solución no es darles a los sin techo un lugar para dormir una noche. Eso es pan para hoy y hambre para mañana”, añadió.

La casa de acogida integral forma parte de las reivindicaciones de la Red para la Integración Social de Inmigrantes. Esta organización financiada por el arciprestado de Santo Tomás de Villanueva, sindicalistas y universitarios, mantiene dos pisos de acogida para facilitar a los inmigrantes “un paso previo a la integración”. “Ellos pagan una parte y poco a poco van pasando de fase”, explica Luis Poveda, uno de los coordinadores de la organización. Son tres asociaciones voluntarias que soportan el peso de la integración ante la falta de instituciones públicas en la ciudad.

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