Un vecino con antecedentes indica el lugar donde enterró a Fernanda tras abusar de ella

ABC, 03-08-2007

ERENA CALVO

LAS PALMAS. Ni su familia ni los investigadores confiaban en una resolución positiva del caso de la menor desaparecida el pasado jueves en Tenerife. El cadáver de la joven chilena Fernanda Fabiola Urzúa, de 15 años, era encontrado en la madrugada del jueves cumpliéndose los peores presagios. Uno de sus secuestradores – se baraja que fueron tres los individuos que le dieron muerte – era detenido a última hora del miércoles y conducido a las dependencias de la Guardia Civil, donde fue interrogado.

«El detenido, de nacionalidad colombiana y 28 años, cantó en la Comisaría», explican a este periódico agentes del Instituto Armado que participaron en el dispositivo de búsqueda de la menor. Horas después, acompañaba a los investigadores al lugar donde yacía el joven cuerpo de Fabiola, «una zona de malpaís ubicada en el paraje de El Palmar, muy próximo a una montaña».

Allí habían enterrado a la joven; «cubrieron su cadáver con piedras y matorral y, por las características de la zona era muy difícil dar con ella». De hecho, esta fue una de las áreas peinadas hasta tres veces por los equipos de rastreo en los últimos días.

«Ahora, además del detenido, están interrogando a otro individuo, de nacionalidad rumana, y hay otro más que se encuentra bajo vigilancia y que podría ser arrestado en las próximas horas», informaban a ABC las mismas fuentes al cierre de esta edición.

Presuntamente los sospechosos habrían capturado a la niña cuando ésta se dirigía el jueves desde El Fraile hacia su casa en Costa del Silencio, en el municipio tinerfeño de Arona. La joven, que se había reunido en el citado barrio con unas amigas, comenzó el regreso a su casa a las nueve y media de la noche, como atestigua una llamada que hizo a su padre.

Fernanda tomó un camino poco transitado a esas horas de la noche, la pista de Don Virgilio. Durante el trayecto (a dos kilómetros de donde fue vista por última vez), según barajan los investigadores, habría sido apresada por los sospechosos, que están relacionados con el entorno de la joven.

«Un equipo de 25 investigadores ha estado trabajando día y noche con este caso», cuentan agentes de la Benemérita, y tras más de 200 tomas de declaración y «las escuchas telefónicas practicadas» todos los caminos llevaban hacia los detenidos.

Otra pista les condujo hacia ellos: un todoterreno azul que había sido visto en la zona donde aparecieron la zapatilla y el cinturón de Fabiola. Los neumáticos del turismo coincidían con las marcas encontradas en el lugar de los hechos. En su interior se encontraron algunos objetos de la menor.

Agresión sexual

Este vehículo resultó ser del colombiano detenido en la tarde del miércoles, vecino de Fernanda y que tiene antecendentes policiales por una presunta agresión sexual cometida también en el sur de Tenerife hace ya cinco años. A falta de examinar el cuerpo, apuntaron informadores de la Guardia Civil, se presume que la joven podría haber sido objeto de algún tipo de abuso sexual por sus secuestradores, que se enfrentan a los cargos de detención ilegal, abusos y asesinato.

Para dar con la joven se puso en marcha, «sólo una hora y media después de la llamada efectuada a su padre», el mayor dispositivo de búsqueda de la historia en Tenerife. Cientos de voluntarios se sumaron al operativo formado por más de 300 efectivos de la Guardia Civil, la Policía y del Ejército. Investigadores especializados en estos casos se trasladaron de Madrid a la isla. Además, dos unidades caninas también participaron en el operativo.

Tras el hallazgo del cuerpo de Fernanda Fabiola, el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura Clavell, negó ayer la existencia de «estructuras organizadas» dedicadas al secuestro de menores en las Islas. Segura aclaró que tanto la desaparición de la joven grancanaria Sara Morales, de quince años, en julio de 2006 como la de Yeremi Vargas, de ocho años, hace ya algo más de cuatro meses, son «casos aislados, y se sigue trabajando para poder esclarecerlos».

Con la indignación y la impotencia como nota dominante, juristas, políticos, asociaciones de protección de la infancia y colectivos de inmigrantes mostraron ayer su repulsa por el crimen de Fernanda, y exigieron el seguimiento policiale de los detenidos por delitos sexuales «ya que no suelen rehabilitarse», en opinión de Altamira Gonzalo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

El embajador de Chile, Osvaldo Pucio, también expresó en declaraciones a Efe su «tristeza» por este suceso, «como le habrá pasado a toda la gente de bien». El embajador mostró su «gratitud» por el esfuerzo de todos los efectivos implicados en la búsqueda de la pequeña.

El presidente del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero, así como el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también transmitieron a la familia a través del delegado del Gobierno en Canarias su «profundo y sincero pesar» por la muerte de la pequeña. «Me llamaron por teléfono para dar su pésame al entorno de la menor».

En Arona, donde los últimos días se han vivido con una profunda angustia, amigos de Fernanda acudieron ayer al lugar donde fue encontrado su cadáver para depositar allí fotos y flores en señal de recuerdo. Por su parte, asociaciones de inmigrantes de la zona sur de Tenerife organizaron ayer una vigilia para acompañar a la familia de la niña.

Su madre, con quien contactó ABC esta semana, no perdió del todo la esperanza pero sabía que algo «muy malo» había sucedido a la pequeña y se mostraba convencida de que había sido secuestrada; «¿cómo va a marcharse mi niña sola de casa y sin zapatos?».

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