Los hosteleros se ven obligados a recurrir a 'sin papeles' para cubrir la campaña de verano

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal, 31-07-2007

Inspecciones de trabajo realizadas desde que comenzó la campaña han detectado contratos fraudulentos

Donostia. El sector de la hostelería está viviendo un verano “complicado” por las dificultades para encontrar a profesionales cualificados. El estío ha registrado el habitual repunte de mano de obra, pero el sector no da más de sí, y ante la ausencia de otras alternativas, los empresarios se han visto obligados a hacerse con los servicios de extranjeros en situación administrativa irregular.

Actualmente, en torno al 60% de los trabajadores del sector en Gipuzkoa son inmigrantes, aunque resulta imposible determinar el número de ellos que trabaja sin contrato o en las condiciones que especifica el propio convenio. A pesar de que ningún empresario es amigo de confesar sus pecados, son varios los hosteleros que reconocen a NOTICIAS DE GIPUZKOA que en alguna ocasión se han hecho con los servicios de inmigrantes sin papeles.

“Estamos con el agua al cuello. No encontramos gente que quiera trabajar, y lo único que nos viene son personas sin papeles . O les cogemos o, de lo contrario, no se puede cubrir la demanda existente”, confirma a este respecto Mikel Ubarretxena, vicepresidente de la Asociación de Hosteleros de Gipuzkoa.

La situación se torna complicada. Más de un empresario está que tuerce el gesto. Al mal verano climatológico se le ha sumado este otro problema: la obligación de contratar a personal no cualificado, una situación que “no es plato de gusto”, aseguran los empresarios. “Nos gustaría poder tener personal en mejor situación para autorizar contratos en firme, pero cada vez está siendo más difícil”, admite Ubarretxena.

inspecciones La situación que atraviesa el sector es tan complicada que, según fuentes consultadas por este periódico, las diferentes inspecciones de trabajo realizadas desde que comenzó el verano han permitido cazar en Gipuzkoa a varios empresarios con camareros y cocineras a su cargo que trabajaban en situación administrativa irregular.

“Aquí ya estamos curados de espanto y todos los empleados están en regla. La verdad es que no te la puedes jugar porque en cualquier momento llega una inspección, como ocurrió en la Parte Vieja. Se te puede caer el pelo, pero desde luego que es algo que está ocurriendo”, desvela Eva Altuna, que lleva 17 de sus 32 años en el sector.

Los hosteleros rehuyen de suspicacias e insisten en que no se proponen ahorrar el dinero de las personas a las que no pagan la Seguridad Social. Más bien, según argumentan, ven en este sistema el único modo de hacerse con los servicios del personal que precisan.

Gipuzkoa, aunque sea a duras penas, ya ha conseguido cubrir las cerca de 2.000 plazas necesarias en la campaña que arrancó en Semana Santa y se prolongará hasta octubre. Dentro de este plantel, los ciudadanos autóctonos, salvo estudiantes necesitados, se pueden contar con los dedos de una mano. Quien frecuenta los bares y restaurantes sabe que desde hace una década ha cambiado radicalmente el panorama. El colectivo inmigrante está cada día más presente al otro lado de la barra. Al igual que este año, el verano pasado también en torno al 60 – 65% del personal contratado era extranjero, según estimaciones de la Asociación de Hosteleros.

Frente a la sensación de provisionalidad que ofrece la situación planteada, que quizá se podía haber previsto teniendo en cuenta la tendencia de los últimos años, el sector hostelero se defiende apuntando a las exigencias del actual sistema de contratación de las personas sin papeles como el principal problema que les maniata sin dejar resquicio alguno.

profesionales de urgencia Así, a la hora de tramitar la situación administrativa de estas personas, según arguyen, es preciso hacerles contratos de un año o indefinidos, algo “inviable” para un bar o restaurante con las espaldas bien cubiertas durante el resto del año y que tan sólo necesita una ayuda extra durante el verano. “Nuestra necesidad es otra bien distinta, sólo cubrir la temporada”, subrayan.

Es decir, estos profesionales de urgencia son necesarios para un plazo muy limitado. “Necesitamos gente para dos meses, ya que en octubre no hay tanta demanda de personal. Se trata de cubrir la temporada de verano y en octubre sobrará un montón de gente que ahora está trabajando”, asegura Ubarretxena.

“¿Cómo voy a contratar para noviembre a la misma gente que tengo para agosto?”, se pregunta un empresario hostelero que prefiere mantener el anonimato. Como él, un número creciente de profesionales abogan por un nuevo sistema que permita hacer contratos de temporada a estas personas. “El problema del Gobierno con respecto a esta medida – responde el mismo empresario – es que no sabe qué hacer con toda esa gente que posteriormente se quedaría en la calle nada más acabar el contrato. Habría que reubicarlos; ahí está el problema”.

Los hosteleros ya han traslado sus inquietudes al INEM y a la Seguridad Social. Ahora se proponen iniciar conversaciones con el Ministerio de Trabajo para trasladarles el mismo mensaje. “No podemos dar trabajo para todo el año a los sin papeles que están en Gipuzkoa. Con los que se puedan reubicar no hay problema, ¿pero qué ocurrirá con el resto?”, se pregunta Ubarretxena.

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