«Entre todos debemos construir un nuevo Ecuador incluyente»

Gara, Ainara LERTXUNDI, 29-07-2007

Patricio Miranda es diputado de Ecuador por la provincia de Chimborazo y representante del Movimiento Pachakutik, que aboga por la construcción de un «Estado plurinacional e incluyente» que albergue a todos ecuatorianos. La apuesta por el ALBA y el rechazo al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o la nacionalización de los recursos naturales figuran en su agenda política.

El diputado Patricio Miranda, de visita a Euskal Herria, se felicita de los «nuevos vientos» que corren por América Latina y, en especial, en Ecuador, donde pronto se instalará la Asamblea Constituyente. «Estamos frente a una época de cambio», resalta.

La institucionalidad y el sistema presidencialista han colapsado. La credibilidad de las instituciones está en los niveles más bajos; nadie cree en ellas y, peor aún, nadie cree en sus actores que han llevado a las instituciones al desprestigio. El poder constituido está corrupto y colapsado y por eso desde el pueblo surge el poder constituyente, aprobado por el 82% de la población en una consulta popular. La gente quiere un cambio, pero no sólo de nombres. Reclama un cambio de actitud y que las instituciones estén al servicio de todos los ecuatorianos. El país tiene que ser para todos y entre todos debemos construir un nuevo Ecuador incluyente y no excluyente.

Esta Asamblea, que se instalará en octubre, tendrá plenos poderes para transformar el marco jurídico e institucional, e incluso podrá cesar las funciones del Congreso Nacional, de los jueces y hasta del propio presidente de la República. De este proceso nacerá una nueva Constitución que deberá cobijar la gran diversidad del país. Somos 13 millones de ecuatorianos, entre los cuales hay indígenas, cholos, mestizos, del campo, de la sierra, de la Amazonía, de la ciudad…

Como Pachakutik, planteamos la construcción de un Estado plurinacional. Pese a que en Ecuador existen 14 nacionalidades y se hablan 14 idiomas, la Constitución define al Estado como uninacional, dejando al margen a todas estas nacionalidades que tienen su propia cultura, lengua y cosmovisión. La nueva Constitución deberá ser el andamiaje sobre el cual caminemos en los próximos 30 ó 40 años. Ojalá que ésta sí sea el punto de confluencia de todos los ecuatorianos; no sólo de los poderosos, banqueros, importadores, exportadores sino también de los jóvenes, mujeres, trabajadores y estudiantes.

Como país, la inmigración es un hecho bastante doloroso porque se han desmembrado familias y los niños han quedado al cuidado de los abuelos o del hermano mayor. Se está creando una generación al margen de la autoridad del padre y la madre, y las consecuencias son palpables. No suelen asistir a la escuela, destinando al ocio ese tiempo de formación, suelen presentar un bajo índice de rendimiento e, incluso, predisposición al suicidio por la falta de los padres. Esa es la parte negativa. Pero, paradójicamente, la migración es la segunda fuente de ingresos de Ecuador. Los emigrantes, unos 3,5 millones, son efectivamente la quinta región de Ecuador y por ello van a participar en la creación de la Asamblea Constituyente eligiendo seis asambleístas, dos por Europa, dos por Sudamérica y otros dos por Norteamérica.

El movimiento indígena surgió como alternativa de cambio, con mucha fuerza, conciencia y capacidad movilizadora. Aunque la derecha ha tratado de deslegitimarlo, se mantiene saludable. Tenemos muy claros nuestros objetivos; la construcción de un Estado plurinacional, la nacionalización de los recursos naturales y el rechazo al Tratado de Libre Comercio con EEUU. El ejemplo de Bolivia y Evo Morales nos da ánimo y potencia nuestra capacidad de acción. Los pueblos originarios y la izquierda están resurgiendo. Nuevos vientos soplan por América Latina; estamos frente a un cambio de época.

Aunque Estados Unidos hará todo lo posible por mantener su hegemonía, como ya lo hizo en décadas anteriores sosteniendo a dictaduras sanguinarias, hoy el pueblo está levantado y sabrá defender sus derechos. Los Tratados de Libre Comercio son una nueva forma de colonización; su reemplazo es el ALBA. También tenemos la Unión de Naciones del Sur, estamos construyendo el Banco del Sur y se está estudiando la implantación de una moneda común en América Latina. El imperio de EEUU no podrá vencer esas iniciativas porque existe una conciencia de la necesidad de liberarnos y de andar nuestro propio camino y, sobre todo, de que los recursos sean para los habitantes de América Latina.

«Existe una conciencia de la necesidad de liberarnos, de andar nuestro propio camino y, sobre todo, de que los recursos sean para América Latina»

«Como país, es un hecho bastante doloroso porque se han desmembrado familias. Pero, paradójicamente, es la segunda fuente de ingresos de Ecuador»

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