Paludismo vuelve a la frontera norte

El Universo, 27-07-2007

Origen. La pobreza y la falta de previsión inciden en el aumento de la enfermedad.

En uno de los puntos más deprimidos de la frontera entre Ecuador y Colombia, sus habitantes conviven con la creencia de que la pobreza es negra, causa fiebre, sudoración y en casos extremos, la muerte.

Las víctimas son todos afroecuatorianos que han padecido o están expuestos a la malaria, la llamada “enfermedad de los pobres” y principal factor de descapitalización rural en las zonas limítrofes de los países andinos, según Marcelo Aguilar, representante del Organismo Andino de Salud.

“El paludismo o malaria es tan grave que si una familia campesina cae enferma se pierde la producción y su único medio de subsistencia”, dijo el galeno al ilustrar la infección en cadena que genera la picadura del mosquito anofeles, transmisor del mal.

Más allá de ser una enfermedad tropical, la malaria es una marca que  distingue a los negros de San Lorenzo (180 km al noroeste de Quito), un área de 18.000 habitantes, compuesta por familias de hasta doce miembros, con ingresos  menores a 10 dólares diarios y sin agua potable ni alcantarillado.

“La malaria sigue siendo la enfermedad de los olvidados y en esta zona la pobreza abunda. La gente vive de la pesca artesanal, recolecta conchas y en una sola familia se juntan abuelos, padres, hijos, esposas y nietos”, indicó César Díaz, del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM).

Uno de los hábitos que propaga el mal –prácticamente extinguido en  las ciudades– está vinculado con el recurso más disponible en San Lorenzo: la  electricidad.

“Aun careciendo de otros servicios, la electricidad les dio oportunidad de  comprar televisores y DVD. Las familias salen a ver en la intemperie, en el horario con mayor densidad de los mosquitos”, comentó Díaz.

En las afueras de su casa de baldosa ajedrezada, Cleires Estupiñán sonríe orgulloso sin que parezca advertir el estruendo de la música. Detrás de cada  ventana hay un parlante que propaga el sonido a varios metros a la redonda.

“Los negros somos gente alegre”, sostiene Estupiñán de 40 años, confirmando que al tenor de la música o las imágenes de la televisión los pobres se juntan  para paliar su precariedad.

Según Díaz, en reuniones como esas aumenta la exposición a contraer la malaria, siendo los más vulnerables las embarazadas y los niños.

En el 2006 se reportaron 9.600 casos de paludismo en las áreas limítrofes de Ecuador, la mayoría de ellos en San Lorenzo, según el SNEM.

La enfermedad se manifiesta entre cuatro y ocho días después de la  picadura, con fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y sudoración.

Una de sus variantes, el plasmodium falcipar, puede causar la muerte en los siguientes diez días de contraído, señalaron fuentes médicas.

DETALLES: Enfermedad

Estadísticas
El paludismo amenaza al 40% de la población mundial. Unos 500 millones de personas se infectan cada año y casi dos millones mueren.

Rebrote
En el 2004 se registró un rebrote de paludismo en el cantón San Lorenzo y zonas aledañas.

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