A pesar de que los comerciantes de este barrio de Santa Coloma de Gramenet ya no hacen caceroladas ni cuelgan crespones negros ni pancartas que dicen “El Fondo se muere”, Maria Teresa Castellví, presidenta de Fondo Comerç y una de las promotoras de aquellas protestas del año 2005, señala que aún queda mucho trabajo por hacer. “Poco a poco las tiendas de los inmigrantes están dejando de ser dos maderas cutres a modo de mostrador. A medida que pasan los años cuidan cada vez más la presencia de sus negocios y ya no degradan la imagen del barrio como sucedía no hace mucho. El problema es que los extranjeros continúan especializándose en locutorios y entidades financieras, ya que son unos servicios de primera necesidad en su colectivo. Pero ¿quién vendrá a comprar a un barrio donde la mejor oferta son llamadas a larga distancia?”.