El proyecto del nuevo currículum oficial, el documento que fija los contenidos de la educación que recibirá un alumno durante la escolarización obligatoria en los próximos años en Euskadi, superó el martes el filtró del Consejo Escolar de Euskadi. El pronunciamiento de este organismo, que aglutina a todos los representantes del mundo educativo, es preceptivo a la hora de aprobar un proyecto de ley o un decreto, como es el caso. El Consejo ofreció un apoyo crítico al proyecto, le dio el visto bueno, pero apuntó una serie de consideraciones, algunas de gran calado.

Sin embargo, en una de las cuestiones de mayor relevancia social, el Consejo ha evitado pronunciarse. Es el caso del euskera. El proyecto del currículum establece que el euskera será la principal lengua vehicular en el ámbito escolar y que el alumnado, al final de la etapa de la escolarización obligatoria (a los 16 años), debería alcanzar en euskera y castellano el nivel B2, que equivale a un First Certificate en inglés. El Consejo no dice ni una palabra al respecto, cuando se trata de una de las cuestiones que más polémica suscitó al presentarse el proyecto. El sindicato Comisiones Obreras, mayoritario entre los docentes de la red pública, se abstuvo en la votación final en lugar de votar a favor del dictamen debido a esta omisión.

El currículum marca todas las actuaciones, desde las asignaturas que se impartirán a los programas lingüísticos o las horas de clase, de cara a que los alumnos adquieran una serie de competencias básicas. La norma entrará en vigor de una forma gradual a partir del próximo curso.

En su dictamen, el Consejo valora algunos aspectos, como el enfoque basado en la adquisición de competencias más que en los conocimientos puros y duros, y el planteamiento unitario abarcando la Primaria y Secundaria.

En el capítulo de objeciones, el Consejo cita la ausencia de la Educación Infantil en el decreto. “Cuando se trata de educar en competencias y el aprendizaje es un continuo que abarca toda la vida, la educación en los primeros años cobra un papel determinante pues condiciona el nivel de las adquisiciones futuras”, apunta el dictamen.

En otra línea, rebate las medidas dispuestas para ampliar el número de alumnos por aula para atender a inmigrantes cuando llegan fuera de plazo y sugiere la ampliación de la ratio en los centros con menor porcentaje de inmigrantes para evitar la concentración en unos pocos centros.

Sobre la posibilidad de que los centros impartan más horas de clase de las asignaturas que deseen reforzar, pide al departamento que lo “concrete más” para que no se creen diferencias insalvables entre los centros más pudientes y los que atienden a la clase social más baja. Sobre el uso del término Euskal Herria, exige que se elimine la “ambigüedad” y se aclare si se refiere a los siete territorios (País Vasco, Navarra y País Vasco francés) o sólo a la comunidad autónoma.