Decisiones fáciles

El Universo, Editorial The Boston Globe |, 10-07-2007

La iniciativa de ley de la “gran negociación” en Estados Unidos, abultada e incontrolable con sus concesiones para mantenerla a flote, se desplomó en el Senado el mes pasado, lo cual fue una gran decepción para un país que necesita con desesperación una reforma de inmigración.  El Congreso estadounidense aún tiene estridentes problemas por resolver. A continuación mencionamos tres áreas que requieren de acciones legislativas expeditas y reflexivas:

Massachusetts se beneficiaría si Estados Unidos expandiera su programa de visas H – 1B, que les permite a trabajadores con educación universitaria venir al país para ocupar empleos temporales en campos altamente especializados, como el cuidado de salud y la tecnología.
Entre las empresas que contratan a trabajadores con visa tipo H – 1B están Google, IBM y Motorola. En efecto, Estados Unidos debe tener cuidado de incrementar el número de visas sin terminar desplazando a ciudadanos calificados para los empleos. No obstante, Estados Unidos no está produciendo suficientes ingenieros y científicos para cubrir las necesidades de industrias de alta tecnología, así que hay espacio de sobra para darle la bienvenida a más trabajadores calificados del mundo.

Los propietarios de granjas están en lo correcto al pronunciarse a favor de un programa de trabajadores invitados. A medida que las detenciones fronterizas reducen el flujo de trabajadores indocumentados, los agricultores estadounidenses no pueden encontrar suficiente mano de obra para la temporada. La fruta se echa a perder en huertos y campos. Estas carencias, con el tiempo, pueden elevar los precios de productos en las tiendas de abarrotes de Estados Unidos. Un programa de trabajadores invitados ayudaría, ya que suministraría una fuente legal de trabajo al mismo tiempo que protegería a los mismos trabajadores de condiciones inseguras, salarios negados injustamente y otras formas de abuso.

Fórmense, y vengan al país legalmente, es el consejo que oyen muchas personas que aspiran a convertirse en inmigrantes. Sin embargo, algunas de estas filas son absurdamente largas. La carga acumulada de solicitudes, el lento procesamiento de documentación, un presupuesto limitado, así como demoras en las revisiones de antecedentes del FBI, alimentan en su totalidad este problema, con base en datos de un informe anual presentado al Congreso de Estados Unidos el mes pasado por parte del defensor del pueblo por los Servicios de Ciudadanía Estadounidense e Inmigración, Prakash I. Khatri. Se ha logrado cierto progreso en las solicitudes acumuladas, asegura, pero aún falta muchísimo por hacer.

Así que mientras el gobierno de Estados Unidos podría ser uno de los líderes en la tecnología informática, más bien está infestado de pantanos de papeleo. Uno de los impedimentos para la dependencia de servicios de inmigración es que, en su mayor parte, se financia por sí sola; depende del cobro de cuotas. Eso no es dinero suficiente, afirma Khatri, notando que “problemas de financiamiento impulsan la política de la dependencia”.

La extensa iniciativa de ley sobre la inmigración en Estados Unidos se vino abajo a causa del interrogante que crea mucha más división en cuanto a qué hacer con los millones de trabajadores indocumentados que ya están en el país. Ahora, debe prevalecer la practicidad. Incluso a través de pequeñas medidas, el Congreso aún tiene que emprender la reforma.

Distribuido por The New York Times News Service

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