Exigen la expulsión "inmediata" de un clan gitano de Sestao

es la familia de la menor que casi arranca la yugular a una vecina de un mordisco.

Deia, Aitor Alonso, 06-07-2007

sestao. La asociación de vecinos Alde Berri exigió ayer al Ayuntamiento de Sestao la expulsión “inmediata” de la familia de la menor de 17 años de etnia gitana que el pasado sábado mordió en el cuello a una vecina de Los Baños y estuvo a punto de seccionarle la yugular. Con los ánimos encrespados por esta última agresión, que a punto estuvo de costarle la vida a esta persona, indicaron que el Consistorio posee “información detallada” que permitiría echar a este clan del municipio y advirtieron al alcalde de que en caso de no actuar “seremos nosotros al final quienes hagamos algo porque es su vida o la nuestra”.

Alde Berri recordó que esta familia “conflictiva” recaló en el barrio en el año 1994, estableciendo su residencia en el portal 22 de la calle Los Baños. Desde entonces las amenazas, insultos y los roces con el resto de vecinos han sido “constantes”, según comentó ayer Ada Puente, portavoz de la asociación. “Han sido muchos los vecinos que les han denunciado y que al final se han visto empujados a retirar la denuncia por miedo a las represalias”, aseguró resignada.

Los vecinos denuncian además que esta familia vive “hacinada” en el piso, puesto que en su interior residen “padres, hijos, nietos y hermanos”, llegando a contabilizar en diversas ocasiones “más una veintena de personas”. El incumplimiento del contrato de arrendamiento es otra de las denuncias que Alde Berri esgrime contra ellos y que de forma conjunta avalarían su expulsión de Sestao.

Políticamente incorrecto “Sabemos que tomar una decisión de este calado no es políticamente correcto pero pensamos que ya es hora de que el Ayuntamiento actúe”, advirtió el vicepresidente de la asociación, Juan Carlos Medina, para quien un castigo “ejemplar” podría servir de aviso para el resto de familias conflictivas que residen en Los Baños.

Medina también antepuso ayer los planes de regeneración social del barrio a los urbanísticos porque, en su opinión, de nada serviría mejorar el aspecto de las calles y los edificios si no abandonan la localidad aquellas familias que “distorsionan” la convivencia. De ahí que volviera instar a las instituciones implicadas a tomarse en serio el problema y “poner contra las cuerdas a los que agreden y amenazan, a los violentos e inadaptados y a los que no respetan ningún tipo de leyes”.

Fuentes del Ayuntamiento afirmaron ayer que el equipo de gobierno tiene “intención” de emprender medidas contra las familias conflictivas de la parte baja de Sestao, aunque no confirmaron si en este caso en particular intervendrá de alguna forma concreta para acelerar un posible trámite de expulsión.

Por otro lado, la asociación Alde Berri advirtió de que otro núcleo familiar de etnia gitana, que en el año 2000 entró por la fuerza en el número 52 de la calle Rivas, está solicitando a las administraciones local y autonómica la indemnización que le correspondería por el derribo de su casa “como si fueran los verdaderos propietarios”. “Los titulares legales tuvieron que marcharse porque les amenazaban”, dijeron.

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