La imagen de Barcelona es fundamentalmente fotográfica. De Margaret Michaelis a Francesc Català – Roca, fotógrafos de diversas generaciones han ido perfilando el imaginario urbano que se ha ido fijando en nuestras retinas. El Macba (Museu d’Art Contemporani de Barcelona) se propone renovar esa imagen desde una perspectiva crítica mediante un proyecto a largo plazo que invita a 16 artistas internacionales a enfocar sus cámaras hacia la ciudad. Los fotógrafos tienen el encargo de retratar las élites del poder, los latin kings y las comunidades inmigrantes; los desolados polígonos y los centros comerciales; el aeropuerto y la Rambla; el turismo y la memoria histórica que se banaliza. El resultado, una nueva imagen de la ciudad real y sus gentes, se verá en el 2008 en una exposición colectiva.
Titulado Misión (Survey) Fotográfica 2007, el proyecto ha empezado a desarrollarse mediante talleres o encuentros con colectivos según pautas propuestas por Jorge Ribalta, responsable de proyectos públicos del Macba. El artista alemán Lothar Baumgarten está inmerso este mes en su proyecto de fotografiar el patrimonio industrial de Poblenou mientras que Ana Müller está retratando urbanizaciones en la periferia. A ellos se sumarán en las próximas semanas y meses Allan Sekula, David Goldblatt, William Klein, Patrick Faigenbaum, Sandra Balsells, Andrea Robins y Max Becher, Gilles Saussier, Xavier Ribas, Hans Peter Feldman, Manolo Laguillo, Joe Deal y Ahlam Shibli.

MAPA DE LA CIUDAD
Ribalta explica que desde el museo hicieron “un mapa de la ciudad para establecer un vínculo entre el encargo y el fotógrafo”. Así, Allan Sekula, que documentó en el 2004 los movimientos antiglobalización, se encargará de retratar los flujos de capital. El neoyorquino William Klein, el más veterano con 79 años, autor de célebres fotos sobre Nueva York, se centrará en la plaza de Catalunya y la Rambla. El francés Patrick Faigenbaum, considerado el mejor retratista actual, se dedicará a las élites, con el alcalde Hereu en la lista. David Goldblatt, que fotografió la ruptura social de su país, Sudáfrica, se encargará de las conexiones globales con el aeropuerto y el puerto. La reportera Sandra Balsells se dedicará a las redes religiosas mientras que Manolo Laguillo seguirá recorriendo la periferia de la ciudad sin nombre.
Los encargos no son inocentes, como tampoco la mirada de los fotógrafos. El proyecto se concibe como “una intervención polémica en la ciudad”, señala Ribalta. “Se trata de construir la imagen de la ciudad en una época de grandes transformaciones y de la que Barcelona carece ahora mismo”. El espíritu del proyecto incide en los conceptos de ciudadanía e igualdad social y rehuye los estereotipos de la imagen turística o complaciente propia de folleto propagandístico. El resultado, aún una incógnita, podría establecer ese modelo de representación urbana de la que la capital catalana carece desde la época de los Juegos Olímpicos. El archivo de imágenes resultante de este proyecto será de dominio público y acceso libre.