CULTURA

Un español en Buenos Aires

Enrique Gabriel firma una comedia romántica con retranca

El Correo, 06-07-2007

El bonaerense Enrique Gabriel lleva buscándose la vida por Europa desde 1974. En 1991 dirigió su primer largometraje, ‘Krapatchouk’, la odisea de dos agricultores de Europa del Este perdidos en París. ‘En la puta calle’ y ‘Las huellas borradas’ insisten en su querencia por los desfavorecidos, el desarraigo, la memoria. Gabriel reivindica el compromiso, pero siempre desde el humor amable y la ironía.

‘Suspiros del corazón’ es su primera comedia romántica, «una fábula moderna que trata del encuentro, dada la globalización, entre las empresas multinacionales y los ideales minimalistas del espíritu pueblerino». Su héroe y pelele, un joven empresario español en Buenos Aires, ve cómo su mundo se viene abajo cuando una revistucha de fotonovelas llamada ‘Suspiros del corazón’ le acierta con diabólica precisión su horóscopo cada mes.

Empecinado en saber su futuro con vistas a una importante decisión de negocios, el protagonista no dudará en convertirse en actor de culebrones para introducirse en la revista. A su alrededor, idealistas que todavía creen el valor de la cultura y la educación frente a la despiadada ambición capitalista y el voraz consumismo: una pareja de librepensadores que lleva el teatro a los pueblos, una heroína de fotonovela que encuentra su vocación como maestra rural

Sentimientos devaluados

«’Suspiros del corazón’ apuesta por valores pasados de moda», admite Enrique Gabriel. «Este sistema competitivo fomenta el pulular de seres codiciosos, ‘hipermediatizados’. Todo aquello que no triunfa es simplemente desechable. Yo me propongo rescatar sentimientos devaluados, sueños de justicia románticos e impracticables».

Gabriel le da la vuelta a la figura del inmigrante y presenta a un español (Roger Coma) que viaja a Argentina a hacer las Américas. Le juzga con cordialidad, con espíritu amable y burlón, del mismo modo que acude al rescate de un género obsoleto pero popular, la fotonovela, que alimentó los sueños de los sectores menos cultos de la población. Celebra los orígenes de una cultura y contrasta a dos países que luchan por abrazar la modernidad sin perder la alegría de vivir.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)