Mafias búlgaras

Grupos violentos y cada vez más osados

El Mundo, LUIS F. DURAN, 05-07-2007

El crimen de Atanasov es el quinto que ocurre en la región en los últimos cinco años por venganza entre miembros del hampa que se dedican al robo de vehículos de gama alta El crimen de Pencho Atanasov Lubomirov, de 33 años, vuelve a demostrar el lado más cruel de las mafias búlgaras en la capital. Estos grupos, dedicados sobre todo al robo de coches y al tráfico de armas, siguen trabajando en la ciudad pese al esfuerzo policial. Son redes que no han dejado de cruzar fronteras sobre ruedas y cada vez se muestran más osadas y violentas. Funcionan como grupos herméticamente estructurados y cualquiera que rompa el orden establecido está en el punto de mira de las escopetas.


El 26 de marzo de 2002 un búlgaro, Iván R. T., era tiroteado en una calle de Centro. Tres individuos se bajaron del coche y uno de ellos tiroteó al hombre que caminaba por la calle.


En el año 2003 dos ciudadanos búlgaros, Iván Dimitrov y su socio Petrovic, fueron abatidos a tiros de metralleta en la calle de Jazmín (Chamartín), cerca de Arturo Soria. Desde un primer momento la policía asoció este doble crimen a un ajuste de cuentas entre bandas de países del Este dedicadas al tráfico ilícito de vehículos. El crimen causó una gran alarma social en la ciudad el año pasado por el hecho de que los asesinos emplearon una metralleta para ejecutar a sus víctimas. Dos años después eran detenidos varios compatriotas por este doble crimen tras una operación de la Guardia Civil en Marbella. A los arrestados se les incautó un fusil militar kalashnikov que supuestamente emplearon los integrantes de la organización. Además, se les han requisado cuatro pistolas y otro fusil militar.


Asimismo, un ciudadano búlgaro de 39 años con varios antecedentes policiales fue tiroteado cuando se disponía a entrar en el edifico de su casa, en el número 16 de la calle de Junco de Majadahonda. Le acompañaban su novia y una tercera persona. Tres individuos se bajaron de un Mercedes y uno de ellos le descerrajó tres disparos, según informó Emergencias 112.


Las estadísticas policiales reflejan que cada días se roban en la ciudad una media de 40 coches, una gran parte de ellos vehículos de lujo con destino a los países del Este. Las mafias emplean un gran sigilo y una fría destreza para sustraer los modelos más caros de BMW, Audi, Mercedes y todoterreno.


La falsificación (pasaportes, documentos, matrículas y números de identificación de vehículos) es parte esencial en el negocio de los coches robados. Las bandas de ciudadanos de países del Este dedicadas al robo y contrabando de vehículos de lujo echaron raíces en España a mediados los 90. Están muy estructurados y no dan tregua a la policía. Entre sus manos se pierde la pista de miles de vehículos de gran cilindrada, de los 145.000 de todo tipo sustraídos anualmente en el país.


Ni Guardia Civil ni Policía Nacional, que han creado grupos especializados para combatir a estas nuevas bandas del crimen organizado, saben con certeza cuántos de los alrededor de 45.000 vehículos que cada año desaparecen después de haber sido sustraídos han entrado en los canales clandestinos abiertos por los profesionales del robo.


Sólo en los últimos cinco años la Policía y la Guardia Civil han detenido a más de 150 ciudadanos búlgaros en Madrid por su vinculación con el tráfico de vehículos de lujo. «El problema es que la mayoría no suelen ir a prisión y los que entran en la cárcel tardan muy poco en salir», indican fuentes policiales. Muchos de los detenidos utilizan identidades falsas para escurrirse de la policía. Si vuelven a caer en manos de la policía o la Guardia Civil, en sus pasaportes aparecerán otros nombres y distintas nacionalidades.

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