El ex presidente catalán reclama a los ejecutivos central y autonómico un «cambio de actitud radical» en las políticas de inmigración y familia Jordi Pujol ha decidido hablar claro sobre la inmigración, la «nueva inmigración». Después de las elecciones municipales, el ex presidente de la Generalitat considera que no hay ningún obstáculo para modificar el discurso – o más bien construir uno nuevo – sobre ese «problema». Arremetiendo tanto contra el «buenismo» como contra actitudes cercanas a la xenofobia, Pujol se despachó en una hora y media y obvió las posiciones políticamente correctas.

Entre tanta doctrina, el ex presidente de la Generalitat coló algunas críticas al Gobierno tripartito. Entre otras cosas, lo acusó de reducir la intensidad de la inmersión lingüística, el sistema que consagra la lengua catalana como vehicular en las aulas: «Se ha aplicado con considerable eficacia y con paz y tranquilidad. Y es de lamentar que ahora parezca que se quiera modificar a la baja. En la situación actual, con tanta inmigración nueva, ya vamos lo suficientemente justos para mantener la cohesión social sin romper con la identidad propia del país para que alegremente, yo diría que frívolamente, renunciemos a lo que ha sido un instrumento muy importante de integración».

A nivel más general, Pujol reclamó un «cambio de actitud radical» en las políticas de inmigración tanto de la Generalitat como del Gobierno español, ya que hasta ahora, dijo, muchos responsables políticos han actuado «con frivolidad» en torno a este asunto.

«En España no ha habido una buena política de inmigración», denunció Pujol, que también denunció que las últimas regularizaciones de José Luis Rodríguez Zapatero han impulsado, «quizás de forma insconsciente», una «inmigración masiva». También se refirió al Gobierno del PSOE cuando dijo que «por motivos ideológicos» no se ha atrevido a emprender iniciativas para un correcto «ordenamiento» de los flujos migratorios.

El ex presidente de la Generalitat dedicó gran parte de su discurso en la Universidad Pompeu Fabra a solicitar «políticas para las familias», y se mostró crítico con «el miedo de algunos» de hablar acerca de ellas. En su opinión, son «claves» para integrar a los inmigrantes.

Sin embargo, dijo que últimamente las políticas en esta materia están empezando a cambiar en la buena dirección, ya que se está empezando a abandonar el enfoque «multiculturalista» a favor de la integración y la cohesión.

Pujol también se mostró «sorprendido» porque la mayoría de partidos optaran por no hablar de inmigración en las últimas campañas electorales, cuando esta cuestión es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, según reflejan diversas encuestas, informa Europa Press.

El ex presidente de la Generalitat, que comparó la inmigración actual, «muy diversa», con la del resto de España de décadas anteriores, afirmó que los recién llegados tienen «el deber no sólo de respetar la identidad de Cataluña, sino también de esforzarse en entender a su nuevo país e incorporarse a él». Pujol cree que Cataluña debe intentar ser «capaz» de integrar a la inmigración pero «manteniendo la identidad» y una «manera colectiva de hacer».Insistió en preservar «elementos básicos» del país, como la lengua y la cultura catalanas, y se quejó de que las competencias transferidas a las Comunidades en esta materia son insuficientes.