MÁLAGA

Siete de cada diez nuevos residentes en la provincia son inmigrantes

La proporción de foráneos empadronados sobre el total de habitantes pasó del 10% al 16% en cinco años El padrón pone de relieve el envejecimiento paulatino de la población, que ya supera 1,5 millones de habitantes

Diario Sur, IGNACIO LILLO, 12-06-2007

Hasta no hace mucho Málaga se definía por ser una provincia, limítrofe con las de Granada, Cádiz, Córdoba y Sevilla, dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía y formada por 100 – en breve 101 – pueblos. Para acercar la descripción a los tiempos actuales habría que añadir una coletilla: en su territorio conviven personas procedentes de más de 50 nacionalidades.

Precisamente, los malagueños de Marruecos, Argentina, Rumanía y Gran Bretaña han hecho posible que supere por primera vez en la historia el umbral de 1,5 millones de habitantes, según el avance del padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística (INE), con datos referidos a 1 de enero de 2007.

Para calibrar en su justa medida el peso de la población foránea en la composición sociológica actual y futura, cabe apuntar dos ideas. De una parte, los no nacionales empadronados en municipios malagueños se han multiplicado por 2,5 desde hace cinco años, y alcanza ya la cifra de 254.258 habitantes.

Y, lo que es aún más significativo: siete de cada diez nuevos vecinos procede de otros países. El incremento poblacional desde 2002 – fecha del último padrón nacional revisado – se debe en gran medida a este fenómeno. Así, en cinco años se ha producido un crecimiento de casi 212.000 habitantes, de los que 132.000 no han nacido en España. Por ende, en este periodo han pasado de ser el 10% de la población total al 16,7%.

Si se atiende a la variación en los últimos 12 meses, el número de empadronados en la provincia se incrementó en 22.795 personas (1,5%). En el mismo periodo, los extranjeros experimentaron un crecimiento del 6,7% (13.807), lo que supone dos tercios del incremento total de habitantes empadronados.

Más ancianos

La distribución por nacionalidades aporta una visión de la realidad que supera los prejuicios: uno de cada cuatro residentes foráneos es británico, con 56.858 empadronados en la provincia. Le siguen, a gran distancia, los marroquíes (con casi 21.000 súbditos), argentinos, alemanes, italianos, rumanos, colombianos, ucranianos, franceses (5.718) y holandeses. Cierran la lista ecuatorianos, finlandeses, daneses, suecos, paraguayos, brasileños, belgas, chinos y búlgaros.

El estudio del INE aporta numerosas claves sobre el estado de la población malagueña desde la perspectiva de la edad. El primer elemento llamativo, y motivo de alarma entre numerosos expertos, es el considerable aumento de la población jubilada o próxima al retiro, que ha ganado 7.000 personas mayores de 60 años en apenas un año. Si se atiende a los que ya cobran una pensión, el aumento ha sido de 3.000 individuos. En el otro extremo, la natalidad apenas compensa el envejecimiento general, con la incorporación de sólo 4.500 niños (menores de diez años) más que en 2006. En el grupo de los adolescentes (de 10 a 20 años) se da incluso a un descenso de 1.000 jóvenes.

Tampoco es desdeñable la tendencia que refleja el INE a un fuerte envejecimiento de la población activa. Todas las franjas de edad que suponen el relevo generacional pierden habitantes, y al contrario, todas las que culminan sus carreras profesionales aumentan de forma sustantiva. Con lo que cobra fuerza la tesis de que en los próximos años será necesaria la llegada de nuevos inmigrantes.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)