La autopsia revela que el joven nigeriano que iba a ser deportado murió de un infarto

ABC, 12-06-2007

D. M.

ALICANTE. Una parada cardiorrespiratoria. Ésa es, según los resultados de la autopsia practicada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Alicante, la causa de la muerte de un ciudadano nigeriano que se encontraba a bordo de un avión de Iberia cuando iba a ser deportado el pasado sábado, y cuyo fallecimiento obligó al piloto a aterrizar en el aeropuerto alicantino de El Altet.

Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad (TSJCV), Osamuya Akpitaye, que contaba con 23 años de edad, falleció como consecuencia de un fallo cardiorespiratorio cuyas causas se desconocen por el momento.

Nuevos análisis

No obstante, la juez que investiga el caso está a la espera de conocer los resultados de nuevos análisis, que se practicarán a los órganos de la víctima – corazón y pulmones – en el Instituto de Toxicología de Barcelona. Las pruebas han sido solicitadas por los mismos forenses que realizaron la autopsia preliminar.

Además de la causa de la muerte, los médicos encargados del análisis concluyeron que el detenido había sido amordazado, aunque no pudieron determinar si también se le había esposado. Asimismo, el informe señala que el cuerpo de Akpitaye presentaba dos contusiones leves, en mano y espalda.

La titular del juzgado de Instrucción número 1 de Elche, que se ha hecho cargo de la investigación al pertenecer el aeropuerto administrativamente a esta ciudad, recibió ayer el atestado elaborado por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en relación a la muerte del joven.

Testigos

Entre las primeras diligencias, la juez prevé citar como testigos a otros dos ciudadanos nigerianos que viajaban en el mismo vuelo, ya que iban a ser deportados junto a la víctima. Asimismo, la magistrada tomará declaración a los dos agentes policiales que lo custodiaban, según revelaron las mismas fuentes.

Según informaron a Europa Press fuentes próximas al caso, los dos agentes habían amordazado a la víctima con cinta adhesiva para evitar que les mordiera, tal como afirman que había sucedido con anterioridad, e incluso, esta medida se tomó con el fin de que el joven tratara de autolesionarse. En este sentido, destacaron la enorme resistencia que oponía el joven a ser repatriado.

De hecho, era la tercera ocasión en que se intentaba deportar a Akpitaye, tras la orden de expulsión dictada por el juzgado número 1 de la localidad madrileña de Leganés. Contra el joven constaban, entre otros, antecedentes por asesinato y agresión sexual, tanto en España como en su país de origen, Nigeria, según fuentes policiales.

Los agentes solicitaron viajar en un lugar apartado del resto del pasaje del vuelo comercial entre Madrid y Lagos, según relataron las mismas fuentes, así como cortinas opacas para evitar molestias. En este sentido, recordaron que el comportamiento agresivo del joven había impedido deportarlo con anterioridad, al negarse el comandante del vuelo que debía sacarlo de España a despegar.

La familia acusa a la Policía

La familia del joven no comparte los resultados de la autopsia ni la versión de los agentes de una «muerte súbita», y ayer denunciaron los hechos en el mismo juzgado ilicitano que los investiga de oficio. Dos hermanos de la víctima acusaron ayer a los agentes de «matarlo», e insinuaron que un pasajero habría llegado a registrar la supuesta agresión con la cámara de su teléfono móvil.

Por su parte, sindicatos policiales y asociaciones contra el racismo terciaron ayer en el debate para criticar los medios con que cuentan los agentes y pedir una investigación transparente.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)