GENERAL

Investigan la muerte de un rumano recogido en un contenedor de papel en Bilbao

El cadáver permaneció en la planta de reciclaje desde el sábado hasta que fue descubierto ayer a primera hora El inmigrante se presentó en una comisaría y dijo que le iban a «liquidar»

El Correo, AINHOA DE LAS HERAS a.delasheras@diario-elcorreo.com, 12-06-2007

Tenía un billete de regreso a Rumanía para hoy, martes, pero el autobús saldrá sin él. La Ertzaintza investiga la muerte de un inmigrante rumano, de 50 años, cuyo cadáver apareció a primera hora de la mañana de ayer en la planta de reciclaje Papeles Nervión, adonde se traslada todo el papel recogido en los contenedores de Bilbao. La autopsia determinará si la herida inciso – contusa que presentaba en la cabeza fue provocada por un golpe fortuito al volcar el contéiner o si alguien se la infligió provocándole la muerte y después se deshizo de él arrojándole a la basura, indicó ayer el Departamento de Interior.

El cuerpo llevaba en las instalaciones de la empresa, ubicada en la ribera de Zorrozaurre, desde el pasado sábado, cuando el camión de la empresa FCC que lo trasladó hizo su último viaje del día, alrededor de las doce del mediodía. La ruta que cubrió hasta vaciar el contenido en la planta de Zorrozaurre le llevó desde la zona centro de la ciudad hasta el barrio de Irala.

Trabajadores de Papeles Nervión descubrieron el cuerpo a las siete y veinte de la mañana de ayer cuando se disponían a separar el cartón de las revistas y periódicos para colocarlo en una cinta. La cadena de reciclaje acaba en una criba y el papel se tritura. «¿Antón! Mira, ¿has visto ese muñeco», le espetó Juan, un trabajador, a Antón Aberasturi, responsable de la planta. Cuando ambos se acercaron, comprobaron con horror que se trataba de una persona. Estaba boca arriba, sobre una pila de cartones. Tenía la cara desfigurada y manchas de sangre en la cabeza y en otras partes del cuerpo.

«Luego vuelvo»

No era la primera vez que les ocurría algo parecido. En los últimos años, son ya tres las ocasiones en que se descubre un cadáver en un contenedor de basura en Bilbao; dos de ellas en la planta de Papeles Nervión.

A partir de ese momento, la Ertzaintza se hizo cargo de la investigación. Agentes de la Policía Científica y de la Brigada Criminal se desplazaron hasta la empresa para recabar el mayor número de datos y hablar con el chófer que recogió el cuerpo, supuestamente en la zona de Irala. Las primeras pesquisas apuntaban ayer a que podía tratarse de una muerte por un golpe accidental, aunque no se descartaban otras hipótesis, sobre todo después de saber que la víctima se sentía amenazada.

Según ha podido saber este periódico, el hombre se presentó el jueves de la semana pasada en la comisaría central de la Policía Municipal de Bilbao en Garellano. Allí, pidió que le detuvieran ya que tenía miedo de salir a la calle. Aseguraba en un casi incomprensible castellano que le habían amenazado de muerte y que le querían «liquidar». Parecía bastante desorientado. Como el intruso no quería marcharse, la guardia urbana habilitó la sala de toma de declaración de menores para acogerle de manera provisional. Le dieron de cenar y el desayuno, y le colocaron dos esterillas para que pudiera dormir. Aguantó un día. «El viernes se marchó. Dijo: ‘¿Luego vuelvo, comer, dormir!’», y ya no volvieron a saber nada de él hasta que ayer conocieron la noticia de su misteriosa muerte.

El hombre llevaba muerto al menos tres días, según las primeras indagaciones de la Policía autónoma. Pese a las supuestas amenazas, los investigadores barajan la posibilidad de que se quedase dormido en el contenedor de papel y que al ser izado por el camión de la basura para verter su contenido en el interior, se desnucara. Algo parecido a lo que le ocurrió a un joven magrebí, A.B.E. de 27 años, en febrero del año pasado, una época en la que las noches son mucho más frías.

«Un bulto raro»

En aquella ocasión, el inmigrante, un ‘sin techo’, se metió al contenedor a pernoctar y murió por «asfixia y aplastamiento» al activarse la prensa que comprime la basura. El cadáver fue descubierto por los trabajadores de Papeles Nervión alrededor de las diez y media de la mañana cuando se disponían a descargar el camión en Zorrozaurre.

Tres meses después, otro joven magrebí, A.R. de 26 años, perdió la vida al ser aplastado por el camión de la basura. En esta ocasión, el chico, con problemas de alcohol, se introdujo en un contéiner de residuos orgánicos, y su cuerpo fue localizado en el vertedero de Artigas.

Los vehículos de recogida lateral disponen de cámaras que ofrecen al conductor una imagen de la caída de los depósitos. Un marroquí de 31 años – Youssef O. – se salvó de morir triturado en marzo de 2001 gracias a que el chófer observó que «caía un bulto raro».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)