España supera ya los 45 millones de habitantes, según un estudio demográfico del INE. La población extranjera censada se sitúa en casi un 10%, lo que supone que residen en nuestro país cerca de 4,5 millones de personas venidas de fuera. El mayor colectivo es el marroquí, con 576.000 empadronados, seguido muy cerca del rumano. El fuerte crecimiento de la población registrado a partir de 2000 se basa en la inmigración, que ha sido determinante para pasar de 40 millones a 45 millones de habitantes en estos últimos seis años. Esta afluencia de extranjeros ha compensado la baja tasa de natalidad de la población española que, en 1977, ascendía a 36 millones de habitantes. Desde 1977 a 2000, la población sólo creció en cuatro millones. Los datos del INE demuestran que el periodo de mayor crecimiento de la población española a lo largo de toda la historia es el comprendido entre 1940 y 1976, en el que se pasó de solamente 25 millones a 36 millones. La estadística muestra también una progresiva desertización de la España interior mientras aumenta de forma espectacular la población de las grandes ciudades y de la costa mediterránea. La radiografía del INE pone en evidencia la profunda transformación sociológica que ha experimentado España, que ha pasado a ser uno de los países con mayor inmigración de Europa y con una población altamente envejecida.