EL RETO DE LA INMIGRACION / Una nueva sociedad

La población en España supera los 45 millones de habitantes, con casi un 10% de extranjeros

El Mundo, OLGA R. SANMARTIN, 12-06-2007

Por primera vez se registran más empadronados procedentes de la Unión Europea que de Suramérica Asturias es la única región que pierde residentes mientras la Comunidad Valenciana gana 68.000 En casi medio siglo, la población española ha crecido un 50%. A lo largo de estos años, el antes polvoriento y hoy informatizado padrón municipal ha ido engordando a toda velocidad hasta acumular en sus archivos un laberinto de más de 45 millones de habitantes. O, lo que es lo mismo, casi medio centenar de millones de nombres y apellidos, domicilios y nacionalidades con los que se podría sacar el DNI colectivo de España.


En este país hay 408.000 personas más que las que se registraron el 1 de enero de 2006. De ellas, 70.000 nacieron aquí y 338.000 proceden de fuera, por lo que queda bien claro que el crecimiento de la muy envejecida población española está prácticamente estancado y que, si ahora hay más empadronados que antes, es fundamentalmente por esos extranjeros a los que parece no importarles que los precios se hayan puesto por las nubes, que las viviendas sean prohibitivas o que los contratos de trabajo dejen mucho que desear.


Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo son más numerosos los llegados desde Europa que los que tradicionalmente se instalaban en nuestro país procedentes de Suramérica. Lo dice bien claro el Instituto Nacional de Estadística (INE): «Por grupos de países la situación ha cambiado con la incorporación a la UE de Rumanía y Bulgaria. En resumen, en 2006 las nacionalidades más numerosas en España eran las de América del Sur, pero con los datos de 2007 son mayoría las de UE – 27».


El INE dio ayer un avance de las cifras de empadronamientos a 1 de enero de 2007, que no serán definitivas hasta que, a finales de año, el Gobierno les dé el visto bueno a través de un real decreto.


De ellas se desprende que el aumento de población ha sido bastante menor que el que se produjo en 2005 (más de 600.000 nuevos empadronamientos), que es cuando tuvo lugar el boom de la regularización masiva de miles de inmigrantes que llevó a cabo el Ejecutivo.


Marruecos, el ‘número uno’


Actualmente, los extranjeros representan el 9,9% del total de ciudadanos empadronados en España. En 2005 eran el 8,5% de la población y, en 2006, suponían el 9,3%.


En total son 4,48 millones de personas, de las cuales 1,7 millones tienen pasaporte europeo. La comunidad marroquí, con 576.344 compatriotas empadronados, es la más numerosa, pero, a cambio, prácticamente no ha experimentado crecimiento de población en el último año.


El puesto número dos en la lista lo ostentan los rumanos, ciudadanos recién llegados a la UE que, con 524.995 ciudadanos, han aumentado un 29% en relación a las cifras que se tenían el 1 de enero de 2006.


Los ecuatorianos, que tradicionalmente han sido los extranjeros que más proliferaban en nuestro país, pierden puntos y se quedan en el tercer lugar, con 421.384 residentes, un 8,6% menos que los que figuraban empadronados el año pasado. En esta misma línea parece que los colombianos, argentinos y venezolanos han decidido regresar a su tierra – o, al menos, no empadronarse en ésta – porque hay menos que en 2006.


Mientras, ganan bastante peso los nacidos en el Reino Unido (314.098, un 14% más que el año anterior) y, sobre todo, los procedentes de Bolivia (casi 200.000, un 42% más), que comenzaron a llegar masivamente desde el pasado mes de septiembre, nada más conocer que la Comisión Europea les iba a imponer la exigencia de un visado para entrar en España y en el resto de la UE.


El que ya se conoce como fenómeno boliviano ha producido un efecto rebote en Paraguay, uno de los pocos países suramericanos que aún no necesitan visado de entrada en Europa. Actualmente hay 45.856 paraguayos empadronados, una cantidad no muy numerosa, pero a tener en cuenta si consideramos que es un 60% más que en 2006.


Los polacos – 33,6% más – y los portugueses – 24% más – representan otros dos buenos ejemplos de vecinos europeos que también han decidido apuntarse masivamente a nuestro padrón.


Baleares


En cuanto a los lugares donde más les gusta vivir a los extranjeros, sigue tirando mucho el Mediterráneo. Baleares es la comunidad autónoma donde figuran más empadronados (alemanes e ingleses, fundamentalmente, representan ya el 18,4% de la población de las Islas), seguida de la Comunidad Valenciana, Murcia, Madrid, Cataluña y Canarias.


Por contra, en Extremadura son apenas un 2,7%. Y a veces aún es un acontecimiento verlos por Galicia, Asturias, País Vasco, Cantabria o Castilla y León.


Tampoco les gusta demasiado Navarra y Ceuta, en que incluso viven menos inmigrantes que antes, algo novedoso sobre todo en la Ciudad Autónoma, donde hasta ahora se empadronaban con normalidad.


La inmigración, reflejo de que España está formada por muchas realidades, es la protagonista indiscutible del estudio demográfico del INE porque incluso influye en otros datos que aparentemente no están relacionados con este fenómeno.


El primero es la confirmación del éxodo generalizado hacia las zonas costeras y hacia las grandes ciudades (Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña y Madrid son las que más crecen) y la despoblación de las zonas rurales.


España es un país de contrastes en donde el padrón valenciano es capaz de aumentar en 68.000 personas – prácticamente lo mismo que lo que ha crecido este año toda la población española – y que permite a Asturias perder 2.000 de sus habitantes. Una cosa es que la población en el Principado se mantuviera prácticamente invariable, como el año pasado, y otra muy significativa es que comience a decrecer.


Esta circunstancia va unida al envejecimiento de la población, problema que se combate gracias a que casi el 80% de los inmigrantes que vienen a nuestro país es menor de 45 años.


En las listas del padrón hay más nombres de mujeres que de hombres, aunque la población extranjera es aún fundamentalmente masculina. Sin embargo, si bien hay más varones en la mayoría de las nacionalidades africanas y asiáticas, la proporción femenina es bastante mayor en las suramericanas.

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