Una mujer aborta en una patera camino de Fuerteventura

ABC, 11-06-2007

ERENA CALVO

LAS PALMAS. Detrás de cada inmigrante que trata de cruzar el Atlántico hay una historia, un largo camino recorrido que no siempre tiene un desenlace feliz. A principios de esta semana llegaban cuarenta indocumentados al puerto grancanario de Mogán con los cadáveres de dos de sus compañeros de viaje. Pocos días después una mujer subsahariana perdía a su bebé durante el trayecto y la joven madre no llegaba a serlo.

Embarazada de tres o cuatro meses, según refirieron a este periódico fuentes de la Cruz Roja, se vio obligada a abortar en la patera que a última hora del sábado le permitía desembarcar en Fuerteventura. La historia la contaban a su llegada dos mujeres que viajaban con la afectada, una de ellas de sólo catorce años.

Otros 32 africanos, varones adultos, formaban parte de la expedición, que trató de ayudar en todo momento a la mujer embarazada. El feto, según el testimonio de los inmigrantes, fue lanzado a las profundidades del océano, donde terminan tristemente miles de inmigrantes; seis mil según cifras oficiales durante 2006. En lo que va de año, ya son 17 los cadáveres recuperados.

Tras un infernal trayecto que nunca olvidará, la mujer que perdió a su bebé fue atendida en un centro de salud de Fuerteventura, hasta donde llegó con una fuerte hemorragia vaginal y poco después fue ingresada en el Hospital General de la isla, donde continuaba todavía al cierre de esta edición.

Posiblemente ahora piense como Nafiseh, la joven ghanesa de 24 años que tras desembarcar hace unas semanas en Motril con su pequeña de diez meses recomendaba a sus compatriotas que no intentasen llegar a España a bordo de embarcaciones clandestinas. Recomendación, no obstante, difícil de seguir. La propia Nafiseh era la segunda vez que lo hacía, y la primera fue de las pocas que logró escapar al naufragio que hundió su patera.

Nueva oleada de cayucos

Desde última hora de este sábado una nueva oleada de embarcaciones clandestinas ha dejado cientos de indocumentados en distintos puntos de las costas canarias, aunque en ningún caso – al cierre de esta edición – se tuvieron que lamentar más pérdidas humanas. Una pequeña barquilla alcanzaba Fuerteventura a media tarde del domingo, aunque fuentes de la Guardia Civil no pudieron precisar el número exacto de ocupantes, que no superaba el medio centenar.

Otros dos cayucos fueron localizados cuando navegaban próximos a las costas de Tenerife y El Hierro, la más pequeña de las islas canarias.

El primero arribó, escoltado por Salvamento Marítimo y Guardia Civil, al muelle de Los Llanos de Santa Cruz de Tenerife con 139 personas a bordo de origen subsahariano que se encontraban en aparente buen estado de salud y entre los que viajaban, al menos, tres menores de edad.

El otro cayuco, más alejado de la costa, se esperaba que alcanzase tierra firme entre la madrugada del lunes y esta mañana con cerca de ochenta o cien ocupantes, a falta de precisar el número exacto de indocumentados que formaban la expedición clandestina.

A última hora del pasado sábado, además, desembarcaba en Gran Canaria una patera sin ser detectada con unos quince inmigrantes, de los que sólo tres fueron detenidos. A pesar de que la oleada de inmigrantes a Canarias se ha reducido en un 60 por ciento respecto a 2006, el ritmo de llegadas en junio está aumentado y es comparable al del año anterior.

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