MÁLAGA

Una puerta al mundo

Mijas volvió a dar ejemplo de multiculturalidad y convivencia con motivo de la celebración del XIX Día Internacional de los Pueblos . Convertida en una torre de babel, la céntrica plaza Virgen de la Peña acogió lo más representativo de 30 paises. Todo un mestizaje

Diario Sur, TEXTO Y FOTOS: ÁLVARO PAYO, 10-06-2007

EN ‘El Aleph’, uno de los relatos más aclamados de Jorge Luis Borges, el escritor argentino situaba en el sótano de una casa un misterioso vórtice espacio – temporal que agrupaba «sin confundirse, todos los lugares del orbe, desde todos los ángulos». Como si el mágico artefacto ‘borgesiano’ se hubiese instalado en la plaza Virgen de la Peña, el centro de Mijas Pueblo volvió a convertirse ayer en escaparate de todas las culturas y naciones de los cinco continentes con motivo de la celebración del decimonoveno Día Internacional de los Pueblos.

El Día Internacional de los Pueblos es una de las fiestas más veteranas del calendario mijeño. Una celebración impulsada desde el Ayuntamiento de Mijas para festejar la multiculturalidad del municipio y dar ejemplo de convivencia entre culturas.

Apenas despuntaba el mediodía cuando el ‘parking’ de Mijas Pueblo ya colocaba el rótulo de completo. Y es que la celebración mijeña más cosmopolita gana cada año nuevos adeptos, lo que debería llevar al Ayuntamiento a idear soluciones más prácticas para el aparcamiento que acumular los coches sin orden ni concierto en el patio del colegio San Sebastián.

Mestizaje culinario

Hasta 30 países participan en esta edición del Día de los Pueblos. Cada nación cuenta con su propia carpa en las que se ofrecen a los visitantes, pagando el razonable precio de un euro, una bebida y una degustación de algún plato típico de la tierra. Los exóticos sabores de la India, los sabrosos mejillones a la belga, las carnes asadas argentinas o los tacos mejicanos fueron algunas de las propuestas culinarias de mayor éxito.

«He venido en muchas ediciones anteriores porque trabajo como payasa en una compañía de animación, pero ésta es la primera vez que asisto como público y, la verdad, estoy encantada», comentó Carmen María Tejón, con una salchicha de Frankfurt en una mano y dando sorbos con la otra a una refrescante caipirinha.

«Me encantan los asados argentinos y el ambiente de este encuentro multicultural, así que soy un asiduo todos los años», confesó Matías Arcos, mientras daba buena cuenta de un plato de carne junto a sus compañeros de trabajo.

Pero la oferta de ocio del Día Internacional de los Pueblos no se limita a la cocina internacional. Alrededor de la plaza Virgen de la Peña se repartieron hasta seis escenarios con una completa programación de músicas del mundo. ‘Solidaridad’, ‘Esperanza’… Los nombres de cada escenario aludían al carácter abierto e integrador de la fiesta. Como si de un festival de ritmos étnicos se tratase, a lo largo de toda la jornada se escucharon los compases del flamenco, los ritmos hipnóticos procedentes de la India, la jovialidad de la música popular de Senegal o la melancolía del folclore del pueblo saharauí.

El público mayoritario que ayer al mediodía paseaba por la plaza Virgen de la Peña era eminentemente extranjero, y con una media de edad superior a los 50 años. Por ello, las actuaciones musicales que más interés generaron fueron las relacionadas con el flamenco.

Espectáculo flamenco

«Estos espectáculos nos parecen mucho más auténticos e interesantes que a los que habitualmente vamos como turistas», valoró Rose Merchant, una británica que acudió ayer por primera vez con un grupo de amigas al Día Internacional de los Pueblos.

Una lluvia de pétalos lanzada por los miembros del tablao flamenco sobre los embelesados turistas que hacían las veces de espectadores sirvió de perfecto colofón a la actuación de flamenco clásico que ambientó el mediodía mijeño.

Los organizadores tampoco quisieron olvidarse de los más pequeños, y como novedad destacada este año, se estableció en uno de los laterales de la plaza un espacio infantil. Un grupo de niños de diversas nacionalidades se agolpaba a media tarde frente a un teatro de marionetas. Una forma de reivindicar los entretenimientos tradicionales en la era digital. Fábulas interpretadas con muñecos de trapo en las que los niños aprendieron los valores que en un futuro les convertirán en hombres de bien.

Junto al teatro y los espectáculos de animación con payasos, también se organizó para los más pequeños un taller de pintura en el que dos artistas dibujaban sobre las caras de los niños los colores de las banderas de los países participantes. Una nota singular que dotó de un especial encanto a la celebración. Además de evidenciar las curiosas sensaciones que suscitan los colores nacionales trasladados desde el paño de las banderas a la piel infantil. Así, la de Inglaterra se tornaba en una amenazante máscara mientras que la brasileña dotaba a su portador de un encanto de lo más carioco.

Jaima marroquí

Uno de los espacios más visitados de la jornada fue la nueva jaima de Marruecos impulsada por el programa municipal de cooperación hispano – marroquí ‘Mijas, un puente entre culturas’. Establecida junto a la zona infantil, en la carpa se mostraba la artesanía, gastronomía y música de este país. Ni la recientemente revalidada Corporación mijeña pudo resistirse a los aromas de la ‘harira’ y el ‘cous – cous’. Agustín Moreno, alcalde del municipio, acompañado por buena parte de sus concejales, fue de los muchos que ayer escogió la jaima para almorzar.

Este espacio marroquí también sirvió de escaparate de una faceta de la cultura del Magreb muy poco conocida por estas latitudes: la moda. Así, ayer se programó un pase de modelos con trajes típicos acompañado por actuaciones de percusión y baile.

Conforme se acercaba la noche, las carpas de ambiente más festivo fueron llenándose progresivamente de un público mucho más juvenil. Así, los responsables del ‘stand’ de Cuba no paraban de servir sabrosos mojitos, al igual que sucedía en el de Brasil con las caipirinhas.

A diferencia del infortunado protagonista de ‘El Aleph’, que olvidaba las propiedades de su visita al fantástico artefacto, el público del Día de los Pueblos guardará en el recuerdo la alegría y satisfacción de esta jornada.

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