CRUZ MORCILLO

MADRID. El Gobierno tiene intención de abordar en los próximos meses una reforma de la Ley de Régimen Local para que se exija la presencia física de un ciudadano extranjero a la hora de empadronarse, según explicó a ABC la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí. El cambio se produce porque se ha detectado que hay inmigrantes que se empadronan por internet sin pisar nuestro país.

De hecho, el Istituto Nacional de Estadística (INE) ya puso de manifiesto este desajuste en el avance provisional del año pasado cuando no se contabilizó a 492.952 extranjeros que no habían renovado su inscripción padronal – por haber abandonado el país, por no saber que tenían que renovar o «por haberse inscrito indebidamente sin estar en el país» – .

Con estos antecedentes, el Ejecutivo quiere acabar como sea con las disfunciones y la primera será poner fin a la posibilidad de la vía telemática. El objetivo es aproximar lo máximo posible los datos de extranjeros empadronados y los que cuentan con tarjeta de residencia y/o trabajo. Todavía hoy la diferencia es abismal y éste es uno de los principales argumentos esgrimidos por el PP para hablar de «sin papeles». Según los datos definitivos del padrón de 2006, en España viven 4.144.166 extranjeros. Las cifras del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales a 31 de marzo revelan que tienen tarjeta de residencia en vigor 3.236.743 extanjeros.

«El padrón y las tarjetas de residencia y/o trabajo son dos estadísticas que se nutren de bases de datos diferentes; por tanto, yo siempre he defendido que no se pueden hacer análisis comparativos», replica Rumí. «El padrón da cuenta de cuántos ciudandanos hay empadronados, no de cuántos viven de facto. Nuestra estadística revela cuántos extranjeros tienen permiso de residencia o de trabajo, o ambos pero no todos los residentes legales necesitan tarjeta». Según la secretaria de Estado, ambas son incompletas y ninguna «refleja toda la realidad ni de la legalidad ni de la ilegalidad»,

Pese a todo el padrón se ha ido depurando – dobles empadronamientos, irregularidades… – y no siempre con la colaboración de los ayuntamientos. El próximo avance evidenciará, sin embargo, que el fenómeno migratorio crece al ritmo de los últimos años, lo que significa que unas 500.000 personas eligen cada año nuestro país para vivir.