La Casa Blanca defiende la ley de inmigración pese al revés en el Senado

ABC, 10-06-2007

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NUEVA YORK. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó ayer de inaceptable la situación de la inmigración e instó al Senado a plantear de nuevo la aprobación de su proyecto de Ley de Inmigración, a pesar de haber quedado en evidencia tras la derrota en la votación realizada el pasado jueves en la Cámara Alta.

En su discurso por radio semanal, el inquilino de la Casa Blanca adoptó una actitud didáctica para describir las supuestamente desastrosas consecuencias de la Ley de Inmigración vigente desde 1986. «No resguarda nuestra frontera, no recoge medidas estrictas para el cumplimiento de la ley en los centros de trabajo, no ayuda a la integración y alienta a más personas a venir ilegalmente», apuntó el presidente. Bush considera que «la inmigración ilegal está asociada a negocios ilegales dedicados a la falsificación de documentos, el tráfico de personas y la explotación de trabajadores», informa Europa Press.

Ante esta situación, la solución ha de venir, según el presidente, de la aprobación en el Senado de la nueva Ley de Inmigración, un proyecto «propuesto por ambos partidos, resultado de meses de negociación». Esta nueva legislación «da prioridad a la seguridad en la frontera, crea un programa de trabajo temporal para satisfacer las legítimas necesidades de nuestra creciente economía, pone en práctica un sistema obligatorio para verificar que (los inmigrantes) pueden trabajar legalmente y resuelve la situación de aproximadamente 12 millones de personas que están aquí ilegalmente». «Si nos unimos, podemos crear el sistema de inmigración que esta gran nación merece», señaló el gobernante.

Respuestas a las críticas

George Bush quiso dar respuestas concretas a algunas de las críticas y argumentos utilizados por los senadores que votaron en contra del proyecto de ley. Sobre la seguridad en la frontera, elemento que preocupa al ala más extremista del Partido Republicano, Bush apuntó que la nueva norma obliga al Gobierno federal a cumplir con «ciertos objetivos de seguridad en la frontera antes de que otras disposiciones puedan entrar en vigor» y destacó los importantes esfuerzos realizados por su administración en el control fronterizo. Con respecto al programa de trabajadores temporales, el presidente defendió que éste pretende «garantizar que los que vienen a este país a trabajar lo hagan de manera legal y ordenada» y proporcionar a los empresarios «las herramientas adecuadas para asegurarse de que están contratando trabajadores legales».

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