LA RIOJA

Condenado a 9,5 años por secuestrar a varios jóvenes a los que robó sus móviles

El acusado actuó así para asegurarse de que el hermano de uno de ellos volviera con la droga que le habían pedido

El Correo, J. L. D., 08-06-2007

La Audiencia Provincial ha impuesto una condena de nueve años y medio de cárcel a un acusado que secuestró a varios jóvenes a los que luego robó bajo amenazas sus pertenencias de valor, mayoritariamente teléfonos móviles.

Los hechos ocurrieron en la tarde del 7 de septiembre de 1999, cuando el procesado, al que acompañaban su esposa y otros tres condenados en esta misma causa, se presentaron en una casa de campo ubicada en el Camino Viejo de Lardero con la idea de comprar droga.

Como quiera que esa persona se negara a facilitársela, el acusado y sus acompañantes, provistos de una navaja, amenazaron uno por uno a los jóvenes que en ese momento se hallaban en la casa, haciéndose de este modo con los objetos de valor que pudieran llevar encima.

En vista de que no obtuvieron el botín deseado, señala la sentencia, dijeron a quien supuestamente debía suministrarles el hachís que fuera a casa a buscarlo, o que en caso contrario cortarían la cabeza a sus amigos. Una advertencia que fue hecha mientras exhibía un machete de grandes dimensiones al hermano del ‘enviado’.

Este último se dirigió a su domicilio, donde a su llegada pidió dinero a la madre a la vez que le explicaba que lo necesitaba para dárselo a cinco personas de etnia gitana que tenían retenido a su hermano.

La mujer optó entonces por acudir a las dependencias policiales donde contó lo sucedido, y casi a renglón seguido varios funcionarios se dirigieron al escenario del secuestro. Pero antes de llegar a la casa se encontraron en el camino a un compañero del acusado, quien en ese momento regresaba a pie con dos de los secuestrados. El resto se habían ido marchando poco después de que lo hiciera la persona a la que le habían pedido la droga, como también lo hicieron el acusado y algunos de su compañeros.

La Policía consiguió la detención de todos ellos cuando en sucesivas llamadas realizadas al teléfono de la persona que se había quedado en tareas de vigilancia, éste les fue diciendo – por indicación de los agentes – que ya había llegado la droga y que podían venir. La captura, a partir de ese instante, fue sólo cuestión de minutos.

Por otro parte, esta misma Sala ha condenado a dos años de prisión y multa de 3.000 euros a un joven de 28 años que fue interceptado por la Policía cuando circulaba por la carretera del Cortijo en su vehículo, al efectuar una brusca maniobra.

Al acercarse los agentes observaron cómo el acusado, con evidentes síntomas de nerviosismo, trataba de ocultar una mochila en la que luego hallaron cinco tabletas de hachís de 200 gramos cada una y tres pequeñas bolsas que contenían heroína.

El tribunal considera que concurre en este supuesto la atenuante de adicción a las drogas, además de la confesión del hecho, ya que denunció la existencia de otras sustancias en su domicilio de la Plaza Joan Miró.

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