Los locutorios son una herramienta necesaria para que la población inmigrante mantenga el contacto con sus familias. Pero en muchas localidades la proliferación de estos locales ha provocado la crispación ciudadana. Para que esto no ocurra en Portugalete todos los partidos que componen el Ayuntamiento aprobaron ayer una ordenanza reguladora que entrará en vigor en julio y que prohíbe abrir dos locutorios a menos de 600 metros de distancia entre sí. De este modo, la institución local evita la concentración de estos negocios y, al mismo tiempo, promueve su instalación en todos los barrios del municipio.

La apertura de cuatro locutorios en apenas unos meses alertó a los responsables municipales a principios de año. Todos los locales están ubicados en las calles más céntricas de la villa. Según reconoció en marzo el concejal de Urbanismo, Francisco Ruiz, su implantación despertó la inquietud vecinal ante posibles molestias y problemas de convivencia.

Al margen de las distancias, la nueva ordenanza establece una serie de criterios orientados a garantizar la protección de los residentes frente a la actividad de estos negocios. Así, no podrán instalar aparatos musicales, radios ni televisión, y deberán tener salas de espera para evitar que se formen colas o aglomeraciones de gente en la calle. Tampoco podrán vender bebidas, productos alimenticios, «ni ningún tipo de prensa o revistas».

Su horario de funcionamiento podrá ser ininterrumpido entre las 9.00 y las 22.00 horas. Cada local debe tener más de 35 metros cuadrados de superficie y no pueden habilitarse en viviendas.

El alcalde en funciones, Mikel Cabieces, subrayó que esta normativa «concreta las condiciones de estos establecimientos y optimiza el servicio al ciudadano». «Su entrada en vigor se enmarca dentro de la política de cercanía seguida por el Ayuntamiento ya que, aunque la ordenanza no beneficia a todos, mejora mucho la calidad de vida de los afectados», explicó.