«Una mala noticia». Así califica Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Comisión Antisida de Álava, el último dato conocido sobre la incidencia de la enfermedad en el territorio. «En Euskadi han sido 152 personas a las que se les ha detectado el VIH el año pasado. De ellas, un 17%, o sea 26,s son residentes en Álava», afirma.

Aunque el número es igual al de años precedentes, a los que llevan muchos años luchando contra esta terrible enfermedad les parece «muy preocupante» porque no se reduce. «Se ha frenado el crecimiento, y eso a las autoridades les parece un dato positivo. Ellos son complacientes con esa estadística. Nosotros, no», agregó Ruiz.

El presidente de la comisión aseguró que «en un territorio tan pequeño esa incidencia de infecciones es terrible. Además, ha variado la manera en que la gente se entera. Ahora lo hacen tarde cuando las patologías asociadas al VIH ya se han empezado a mostrar», añadió.

Otro dato significativo es que afecta ya en un 45% a inmigrantes, «un colectivo que nos va a obligar a adaptar todos los mensajes porque su comportamiento es diferente», según el presidente de la organización que lucha contra el sida. La presencia de africanos y latinos en la Casa de Acogida es corriente en los últimos años. «Hace falta más prevención y más ayudas económicas para reducir el número de infectados», subrayó Ruiz.

Memoria del año pasado

La comisión presentó ayer su memoria de actividades 2006 en la que se destaca que el número de consultas atendidas fue de 758. De ellas, 336 son telefónicas; 165 personales, y 257 ‘on line’. El servicio de información y consultas sobre el VIH – sida se ofrece desde 1987 y se ha convertido en una herramienta básica en la prevención de esta dolencia en todo el territorio. La información más solicitada por los alaveses se refiere a la realización del test, el modo de transmisión y la prevención del sida. La comisión también ha repartido 130.904 preservativos y ha dado 94 charlas y 94 talleres en 22 colegios de enseñanza.

El año pasado continuó con sus programas preventivos y se embarcó en otros nuevos, como los destinados a los presos de Nanclares, a los que se les ofrece la posibilidad de seguir estudios fuera de la prisión o la gestión directa del Aterpe, el centro de noche, de baja exigencia para que no haya personas que duermen a la intemperie. 392 personas lo usaron el último trimestre del año.