LA PUGNA POR SER RESIDENTE Trámites con polémica

Contar con una tarjeta sanitaria española es un signo de prestigio social en el Magreb

La Vanguardia, , 04-06-2007

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También hay corrientes de opinión muy contrarias al acceso policial a los datos del padrón. Desde la irrupción mundial del terrorismo global, las sociedades occidentales se debaten entre mantener las máximas libertades civiles y el incremento de la injerencia del Estado en temas de seguridad. España no queda al margen de este debate.

La principal irregularidad denunciada por la policía se refiere al empadronamiento a distancia, es decir, sin pisar territorio español, y a la obtención de la tarjeta sanitaria por personas que no residen en España. Este fenómeno, también detectado en países del Este europeo, se extiende hoy por Argelia y Marruecos sin que existan mecanismos que permitan conocer el alcance del fraude que, a priori, la citada agrupación sindical de policías cifra en “cientos de casos, tal vez algunos miles”.

“En mi destino de Orán – afirma un agente- he visto, obviamente sin poder actuar allí en su contra, argelinos empadronados en España y con tarjeta sanitaria española que jamás habían estado en Europa. Lo mismo sucede en Marruecos. No sabemos de cuántos casos estamos hablando, pero seguro que de los suficientes como para que centros sanitarios públicos de Barcelona y Alicante lo noten”. A este respecto, fuentes sanitarias consultadas indican que no existe registro estadístico específico que permita detectar si el extranjero atendido vive realmente es España.

La policía ha detectado dos métodos para lograr empadronarse a distancia y hacerse con una tarjeta sanitaria española. Uno de ellos, por el que se pagan hasta 8.000 euros a los intermediarios que consiguen los papeles, consiste, a grandes rasgos, en que el magrebí que desea estos documentos envía su pasaporte por correo a un compatriota residente en España, que es quien le suplanta y le empadrona. A continuación, tramita la tarjeta sanitaria y finalmente devuelve por correo la documentación a su titular. De esta forma, un extranjero que nunca ha estado en España consta como empadronado, logra que corra el tiempo a su favor para su regularización y si viaja a la Península puede mostrar en la frontera documentos que certifican que ya tiene domicilio en España.

El otro supuesto se da entre marroquíes y argelinos de buena posición social, tales como funciona rios, militares, profesores, propietarios de negocios medianos, taxistas, etcétera. En este caso, los interesados obtienen un visado turístico de los consulados de España o Francia en sus países de origen. Con la visa viajan hasta aquí y se instalan en zonas turísticas. La policía cita como ejemplo Benidorm. Entonces se empadronan y tramitan su correspondiente tarjeta sanitaria.

Rodrigo Gavilán, portavoz de la CEP, explica a título de curiosidad que la visa turística y la tarjeta sanitaria española se han convertido en elementos de buen tono social en Argelia y Marruecos, donde en determinados círculos se exhiben como signo de estatus y donde consta que ya hay tráfico interno de estos documentos españoles.

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