MADRID. Casi un 80% de los inmigrantes trabaja, frente a un 58% de los españoles, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y ello pese a que el paro entre la población proveniente de países ajenos a la Unión Europea es del 12%, un 4% superior a la media española.

Según datos de un informe de Nielsen realizado a instancias del banco Cetelem, entidad del grupo BNP, este porcentaje de población empleada convierte a los inmigrantes en uno de los grupos con mayor capacidad de consumo de bienes y servicios. «De hecho, una décima parte de todo el gasto en bienes y servicios se debe a la población inmigrante que reside en España», señala el documento.

El perfil de los imigrantes revela que los que han elegido España para vivir son más jóvenes que los españoles, con una media de edad de 25 a 29 años, frente a los 30 a 34 de los nacidos en nuestro país, aunque la tasa de paro entre el colectivo de extranjeros es del 12%, cuatro puntos superior a la que se registra entre los trabajadores nacionales.

El estudio atribuye a los inmigrantes un impacto positivo en el PIB de un tercio del 3,1% que creció la economía española en 2006 y señala que sus hábitos de consumo no difieren en gran medida de los de los españoles, aunque los extranjeros, en general, son los mejores clientes de las grandes superficies y prefieren pagar al contado y no a crédito.