Los 26 marfileños esperarán el asilo repartidos por toda España

El Periodico, MONTSE MARTÍNEZ / FERRAN GERHARD, 03-06-2007

De estar a puertas de la muerte, a bordo de un cayuco a la deriva, a estar a puertas de una nueva vida como futuros refugiados políticos en España. En una semana.
Sanos y salvos, los 26 inmigrantes de Costa de Marfil rescatados el 26 de mayo por el pesquero catalán Montfalcó en aguas libias y transbordados cinco días después al buque de salvamento Clara Campoamor, desembarcaron ayer en el puerto de Tarragona. Mientras se tramita su asilo, los marfileños permanecerán en centros de acogida específicos para personas que esperan la condición de refugiados. Como Catalunya, con ocho plazas en Barcelona, no puede asimilarlos a todos, se repartirán por toda España. De momento, tras pasar ayer por la comisaría de Tarragona, hoy ya descansan en un albergue de la misma provincia bajo la supervisión de Cruz Roja.
El dispositivo de recibimiento en Tarragona, tan espectacular como efectivo, se desarrolló milimétricamente. Puntual, el flamante Clara Campoamor, buque insignia del socorro marítimo español, atracaba a las dos de la tarde en la prolongación del rompeolas del puerto tarraconense. A pie de pasarela y a la hora de inicio de los informativos de televisión estaban las autoridades.

RECIBIMIENTO
Las excepcionales circunstancias de este caso han hecho que este grupo de sin papeles, un número muy inferior a los que cada semana llegan a Canarias, tuviera el honor de ser recibido por el subdelegado del Gobierno en Tarragona, Joan Maria Abelló, y por el presidente de la Autoridad Portuaria, Josep Anton Burgasé.
No en vano, los 26 marfileños se han convertido en el icono de la solidaridad española frente al cuestionable comportamiento de otros socios europeos, como los italianos y los malteses. España, con un derroche de medios y efectivos que dejaba boquiabierto, ha querido dar una lección a los más insolidarios.
“Ante situaciones como las que se han producido, alguna cosa tendrá que cambiar en el seno de la UE”, dijo ayer el subdelegado del Gobierno en relación a la polémica suscitada por la negativa de los dos países europeos a acoger al grupo pese a que el rescate se produjo más cerca de sus costas.
El grupo de extranjeros, hombres de una media de edad de 25 años que se expresan en francés y todos indocumentados, llegó en buenas condiciones de salud a Tarragona. Así lo constató el jefe de Sanidad Exterior, David Urzay, que, acompañado de médicos de la Cruz Roja y de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, subieron al Clara Campoamor antes de permitir el desembarque del grupo. Los miembros de la Cruz Roja colocaron una pulsera en la muñeca de los hombres que, en función del color, refleja un grado u otro de situación sanitaria. Todos la lucían verde, ya que, en líneas generales, llegaron bien.
A pesar de que el grupo ya llevaba dos días en el buque de socorro, con conocimiento de que su estado de salud era bueno, parte de la tripulación del Clara Campoamor hizo toda la maniobra de atraque provista de mascarillas protectoras, un protocolo de seguridad que tiñó la escena de cierto dramatismo.
Tras los primeros trámites dentro del barco, los 26 inmigrantes fueron introducidos en dos minibuses de la Cruz Roja que los trasladaron hasta la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para completar la filiación.
A pesar de que los trámites formales de petición de asilo no se empezarán hasta bien entrada esta semana, ayer el subdelegado del gobierno en Tarragona ya aseguró que los recién llegados harán lo posible por acogerse a este estatus ya que Costa de Marfil se encuentra en estos momentos en un clima de inseguridad e inestabilidad política.
Una de las labores de la policía es intentar confirmar si la procedencia de cada uno de ellos es, como dicen, Costa de Marfil, a falta de cualquier documentación acreditativa. El hecho de que el grupo hable francés es uno de los indicios más sólidos. Fuentes de la delegación del Gobierno informaron de que la policía también tiene otras fórmulas para intentar acotar la veracidad.
La coordinadora de Cruz Roja en Tarragona, Anna Sabaté, explicó que acogen a inmigrantes procedentes de Canarias desde hace un año y han podido constatar que son personas informadas sobre las características de los países europeos a los aspiran a llegar.

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