VIZCAYA

Denuncian el robo de motores fueraborda en Sukarrieta para destinarlos a pateras

Los afectados creen que «las mafias han enviado ya unos 20 propulsores a África» Los patrones se organizan para vigilar el embarcadero

El Correo, MAIKA SALGUERO, 03-06-2007

Propietarios de embarcaciones han denunciado una oleada de robos de motores fueraborda en el embarcadero de Portuondo, en la localidad de Sukarrieta. Los hurtos, alrededor de una veintena, se han producido a lo largo de los últimos nueve meses, aunque los actos delictivos se han recrudecido en las últimas semanas. En total, los afectados estiman que el valor de lo sustraído alcanza un coste aproximado de 120.000 euros.

Según ha podido saber este diario de diversas fuentes, los motores robados podrían tener como destino las mafias de la inmigración ilegal que operan en África. En Mauritania, por ejemplo, la venta de estos propulsores se ha multiplicado por 100 en los últimos meses, desde que se desató la crisis de los cayucos, según consta en un informe oficial del Gobierno central. En Ceuta también existe un mercado negro muy activo de fuerabordas destinados a motorizar pequeñas embarcaciones pesqueras, según publicaba recientemente un diario local.

Al parecer, los ladrones que actúan en Sukarrieta operan durante la noche para no despertar sospechas. «Como en Portuondo apenas hay visibilidad y no pasa nadie que pueda denunciar el robo, trabajan a sus anchas», explicó a EL CORREO uno de los afectados. «Con un taladro sueltan los tornillos que sujetan el motor a la embarcación. Y con una cizalla cortan el cable. Luego, en una embarcación lo desplazan hacía la playa de Laida, si han robado más de uno, o hacia la rampa de Itxas Begi si se trata de dos unidades. Es fácil y rápido», explica la misma fuente.

La mayoría de los dueños de las embarcaciones de recreo violentadas han denunciado las sustracciones ante la Ertzaintza. «Nos han comentado que lo más seguro es que se trate de una mafia que actúa en la costa cantábrica. Para no despertar sospechas roban unos cuantos aquí, luego lo hacen en Cantabria o Asturias y, posteriormente, vuelven. Así, poco a poco, se hacen con un nutrido número de motores, que, posteriormente, utilizan para instalarlos en las pateras que cruzan El Estrecho», se aventura a declarar otro damnificado.

La situación preocupa mucho a los patrones de Sukarrieta. Tanto es así que se han organizado para vigilar la zona y tratar de detener a los cacos. También se han unido para solucionar el conflicto y cobrar el dinero de los seguros. «Algunos dueños de embarcaciones han tenido mala suerte porque no les ha dado tiempo a contratar la póliza, ya que se necesitan varios días para tramitarla, y les han desvalijado poco después de lanzar el yate al agua», señala uno de los afectados. «¿Cómo recuperas ahora una inversión tan fuerte?», se lamenta. Los constantes robos, además, han llevado a las compañías a negarse a asegurar una embarcación si fondea en Portuondo, «porque no les compensa», añade el mismo portavoz.

Los afectados critican, además, la escasa capacidad de actuación de la Ertzaintza. «Nosotros mismos vigilamos el área para evitar más sustracciones. Hemos denunciado a un sospechoso que merodeaba el pantalán, pero nosotros solos no conseguimos nada», indican. Los propietarios proponen la adopción de medidas de prevención en la zona como la colocación de videocámaras o vigilantes de seguridad. «De esta forma ahuyentaremos a los ladrones. Si no se implantan estos métodos, los turistas que disfrutan de este enclave de Urdaibai elegirán otros destinos y atracarán sus barcos en otros puertos», advierten.

Sin Policía Municipal

El alcalde de Sukarrieta, Peru Sainz de Vizcaya, admite que tiene «constancia» del asunto. El primer edil de la localidad considera que el constante hurto de motores fueraborda representa un «verdadero problema». «Además de ser un inconveniente a la hora de atraer viajeros, hallar una solución es muy difícil porque en Portuondo nadie tiene competencias para actuar», explica.

En este sentido reconoce que la vigilancia «sí es nuestra obligación, pero como no tenemos Policía Municipal no podemos intervenir». «La única solución posible es que los 400 socios de la asociación de embarcaciones de Portuondo contraten a un guarda y lo financien a través de ayudas institucionales», plantea el alcalde.

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