No es la primera vez que un club de alterne de Fuente de Piedra se convierte en noticia por supuestos delitos de explotación sexual. Recientemente, dos ciudadanos rumanos, un hombre y una mujer, que supuestamente coaccionaron a su propia sobrina para prostituirse, han sido detenidos por agentes de la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedad Documental del Cuerpo Nacional de Policía, que además arrestaron a los dos responsables del club en el que la víctima se encontraba.

Según indicaron desde la Comisaría Provincial en un comunicado, la investigación comenzó cuando tuvieron conocimiento de la posible existencia en la provincia de una mujer víctima de explotación sexual y retenida contra su voluntad durante aproximadamente 15 días.

Los agentes la localizaron en uno de los dos club de Fuente de Piedra e identificaron a quienes ejercían de proxenetas, tratándose de sus propios tíos, quienes habían retirado a su sobrina la documentación personal.

Al parecer, la víctima llegó a España creyendo que iba a trabajar, pero fue obligada por estos a prostituirse hasta que saldara una supuesta deuda de 20.000 euros. La tía de la víctima, D. P., de 36 años, fue encontrada ejerciendo la prostitución en el club, donde la Policía también halló a dos mujeres paraguayas, una marroquí y dos brasileñas que se encontraban en situación irregular en España, por lo que se abrió un expediente sancionador para su expulsión del país.

En Marbella se localizó el domicilio del otro proxeneta, Virgil P., de 34 años, y compañero sentimental de la detenida, quien era el destinatario último del dinero generado por la víctima.

Ambos detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción Número 2, en funciones de Guardia de Antequera, cuyo titular ordenó su ingreso en prisión.

En el local, situado en la carretera Málaga – Sevilla, había nueve trabajadores, de los que dos fueron también detenidos por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y relativos a la prostitución. Los arrestados son Herminia Aurora C.A., ecuatoriana de 42 años, la ‘mamy’ del club y encargada del control de todo lo relacionado con el negocio de la prostitución; y José R.G., español de 61 años, responsable máximo del establecimiento. Ambos pasaron también a disposición judicial.