Y ahora toca la reagrupación familiar

Colapso en los consulados en Quito, Bogotá, Lima y La Paz para obtener visados

La Vanguardia, , 06-05-2007

“La frontera real de la emigración no está en Canarias sino en cada consulado español”, señala un diplomático español en Sudamérica

JOAQUIM IBARZ – Enviado especial QUITO

FENÓMENO CRECIENTE
España concedió el año pasado 97.759 autorizaciones de reagrupación familiar

FACILITAR LA REAGRUPACIÓN
“Muchos países europeos tienen normas más estrictas” que España, observa un diplomático
- Antes de despertar el alba ya se forma una cola interminable ante la mayoría de los consulados de España en Sudamérica. En todas las capitales se repite la escena: decenas o centenares de personas se forman ordenadamente para tramitar el visado de reunificación familiar. En pocos meses el incremento de las peticiones se ha multiplicado de forma espectacular. Este cronista ha comprobado cómo los consulados en Quito, Bogotá, Lima y La Paz están colapsados pese a que hace poco tiempo estrenaron instalaciones más amplias.

El personal diplomático y los funcionarios de los consulados no dan abasto para atender la avalancha de peticiones de visado para el reagrupamiento familiar. Centenares de miles de latinoamericanos, hijos, cónyuges o padres de residentes en España, llevan meses haciendo la maleta para viajar de forma legal al otro lado del Atlántico. Todos están tramitando la residencia en nuestro país por reagrupamiento. Los cónsules aventuran que en unos pocos años, si se mantiene la actual situación económica y no hay cambios normativos, se podría llegar a duplicar el número de emigrantes.

Tal como evidencian las cifras, el fenómeno crece en progresión geométrica. En el año 2000, España sólo concedió siete autorizaciones de residencia mediante la reagrupación familiar. Desde el año 2000 al 2003 se otorgaron 31.676. Y del 2003 a finales del año pasado sumaron ya 245.000. Tan sólo en el 2006 fueron 97.759. Y el incremento se mantiene en lo que llevamos de 2007.

En el consulado español de Quito hay una verdadera avalancha de solicitudes de visado, la inmensa mayoría por reagrupamiento familiar, pero también para obtener un permiso de trabajo o de turismo. En todo el primer trimestre del 2006, recibió 2.149 solicitudes de reunificación familiar. Y sólo entre el 15 de febrero y el 15 de marzo de este año se presentaron 1.888 peticiones. Es decir, se han más que duplicado las peticiones. Yla cifra no para de crecer. En estos momentos, si no se dan más es porque el consulado no da abasto pese a prolongar la jornada laboral.

Aproximadamente una cuarta parte de las peticiones de reunificación familiar es desestimada por no cumplir las normas, pero “las delegaciones del Gobierno – donde se inicia el papeleo- aprueban todas las solicitudes”, explicó un funcionario de un consulado.

“Con una legislación tan abierta como la española basta el envío de cien dólares al mes para que se acepte una situación de dependencia. EE. UU. y muchos países europeos tienen normas más estrictas”, observa un diplomático español que se escuda en el anonimato. También se mostró muy crítico con que se anunciara con tanta anticipación que España iba a solicitar visado a los bolivianos. Esta situación permite afirmar como dice otro diplomático de un país andino que “la frontera real de la emigración no está en Canarias ni en Ceuta y Melilla, sino en cada consulado español”.

En el consulado español en La Paz las colas son permanentes pese a que amplió sus dependencias para atender al aluvión de peticiones de visado y los trámites de legalización de familiares residentes en España. Se calcula que en España puede haber ya más de 250.000 bolivianos. Lo más chocante es que la salida de emigrantes provoca escasez de mano de obra en Bolivia. Los empresarios de Santa Cruz se quejan de que la zafra azucarera podría perderse por falta de trabajadores. En Ecuador, la marcha a España de los vecinos de zonas rurales ha herido de muerte al sombrero panamá, la manufactura que manos maestras aún tejen en el país andino.

Aunque la emigración de peruanos es más antigua y se dio de manera más escalonada, el consulado de Lima (Perú) está colapsado también y de nada sirve disponer de unas oficinas más amplias. En el patio del edificio se congregan a diario entre 800 y 1.000 personas. Lo mismo ocurre en el consulado de Bogotá (Colombia), ubicado en un moderno y amplio edificio de tres plantas.

Otra cuestión que preocupa a los diplomáticos en Latinoamérica es la nueva legislación que anunció el Gobierno de Rodríguez Zapatero para que nietos de españoles emigrados puedan obtener la nacionalidad de sus abuelos. Nadie sabe por cuánto se puede multiplicar el número de americanos con pasaporte español, los cuales ya no tendrían barreras para emigrar al país de sus ancestros. “Entre Argentina, México, Venezuela y Cuba puede haber cientos de miles de nietos de españoles con derecho a la nacionalidad”, comenta un diplomático español. Desde hace años, en otro consulado español, el de Caracas (Venezuela), las filas para obtener la nacionalidad española son permanentes. El pasaporte español está cada vez más valorado ante el rumbo totalitario que Hugo Chávez impulsa en el país.

Por otro lado, desde algunas asociaciones se asegura que es habitual la falsificación de pasaportes en Venezuela hasta el punto que de ciudadanos ecuatorianos o bolivianos, a quienes se exige ahora el visado, compran falsos pasaportes venezolanos para venir aquí como turistas y quedarse. “Cuando las cifras aumenten, no puede descartarse que también se exija visado para venir a España desde Venezuela”, afirma Laura Rojas, presidenta de la Federación de Asociaciones Americanas en Catalunya (Fasamcat).

España otorga a los iberoamericanos un régimen preferente para la doble nacionalidad, ya que la pueden obtener con dos años de residencia legal continuada. Y éste es otro factor que impulsa a emigrar hacia España.

En la comunidad hispana provocó indignación un reciente comentario del ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, que dijo que los hijos de españoles querían un pasaporte europeo para poder ir de vacaciones a Miami.

Frente a los temores de avalancha que expresan los diplomáticos españoles en América, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, mostró una total ambigüedad durante una reciente visita a México. En respuesta a preguntas de La Vanguardia,dijo que no se había planteado cuántos nuevos emigrantes podrían entrar legalmente en España merced a la reagrupación familiar o por acceder a la nacionalidad española.

Ala previsible llegada de miles de latinoamericanos a España habrá que sumar otras nacionalidades. Diplomáticos y funcionarios españoles que han estado destinados en consulados subsaharianos subrayan otro peligro. “El registro civil no tiene ninguna confiabilidad y los documentos se falsifican con suma facilidad”. Es decir, pueden venir más reagrupaciones de las previstas.

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