La carnicería china

La Vanguardia, , 20-05-2007

CARLES CAMPSOLINAS Barcelona
No deja de inquietarme que un pequeño grupo de personas, autocalificándose “comerciantes de toda la vida”, se permitan decidir quién puede o no establecer su negocio en una determinada zona de Barcelona. ¿Qué pedigrí tienen para tanta exigencia? Probablemente muchos, como mínimo, serán hijos de no tan lejanas migraciones.

Y aún son peores los argumentos que esgrimen: que se desnaturaliza el barrio, como si antes estuviera muy naturalizado; que el carnicero “de toda la vida” ha de cerrar su negocio por no poder pagar el alquiler y ahora un chino monta allí una autoescuela. ¿Dónde está el crimen, en montar la autoescuela o en ser oriental? Nada que ver con el tarannà català ni con la mentalidad del botiguer de tota la vida.

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