La Asociación Catalana de Sociología alertó ayer del riesgo de que Cataluña sufra episodios de violencia como los acaecidos hace unos meses en los arrabales de París, donde malviven sin futuro la tercera generación de inmigrantes. La falta de políticas efectivas de cohesión social podría provocar, en el plazo de diez años, estallidos de rebeldía como los sucedidos en la capital francesa y otras poblaciones de la vecina república con gran concentración de inmigrantes. En su informe, los sociólogos sostienen que es ahora, en un momento de bonanza económica como el que vivimos, cuando tienen que ponerse las bases para que el Estado del Bienestar llegue a todos los segmentos de la sociedad. Actualmente, sin embargo, las políticas públicas en educación, salud y trabajo no sólo son insuficientes para evitar la segregación social, sino que su fragilidad puede provocar graves consecuencias sociales si la situación económica se enfría, según la Asociación Catalana de Sociología. Esta realidad parece haberla entendido el alcalde electo de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, que en una entrevista que hoy publica EL MUNDO insiste, como hizo durante toda la campaña electoral, en la necesidad de mantener la cohesión social en la ciudad. Ayer, en la presentación del citado informe, el catedrático de ciencia política Miquel Caminal no quiso poner como ejemplo del resultado del trabajo el crecimiento del partido racista y xenófobo Plataforma per Catalunya, aunque sí expresó su preocupación sobre el hecho de que los principales partidos catalanes tengan mensajes dudosos sobre exclusión social e inmigración. Ante este reto, Cataluña necesita políticos valientes alejados de la demagogia populista.