Túnez, 17 abr (EFE). – La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, defendió este miércoles en Túnez, punto de partida de la ruta migratoria del norte de África hacia costas italianas, la promoción de “una migración legal” y anunció la firma de acuerdos económicos y educativos de apoyo estratégico para el país magrebí.

“Firmamos tres acuerdo: apoyo al Gobierno tunecino en energía renovable, una nueva línea de crédito para pymes, uno para la cooperación de la Universidad y la alta formación”, declaró la jefa del Gobierno italiano en rueda de prensa en el Palacio presidencial de Cartago, donde se reunió con el presidente tunecino, Kais Said.

Meloni llegó esta mañana a Túnez, en su cuarta visita en menos de una año, acompañada por el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, la ministra de Universidad e Investigación, Anna Maria Bernini, y el viceministro de Asuntos Exteriores, Edmondo Cirielli.

Túnez se convirtió en 2023 en el principal punto de partida en la ruta migratoria del Mediterráneo Central, de donde partieron el 62% de los más de 157.000 personas migrantes que desembarcaron en Italia, según la Organización Mundial de las Migraciones (OIM).

Con el nuevo año, las llegadas a Italia desde el Norte de África cayeron más de un 50%, con Libia a la cabeza, aunque en las últimas semanas se ha registrado un aumento de salidas desde Túnez.

El presidente tunecino, Kais Said, reiteró antes de la llegada de Meloni que el país norteafricano no se convertirá en un lugar de paso o asentamiento de migrantes subsaharianos, en sintonía con su rechazo a funcionar como “guardián (de Europa)” y tras la firma del memorando de entendimiento firmado en julio del año pasado con la Unión Europea.

Meloni defendió un “nuevo enfoque de cooperación” basado en un “modelo paritario” con los países del Mediterráneo, y alabó la actuales relaciones bilaterales y la colaboración con Túnez, “que son una prioridad para Italia” y para la UE.

Italia desarrolla el llamado “Plan Mattei”, un multimillonario proyecto estratégico de Italia para inversiones en el continente africano por más de 5.500 millones de euros (casi 6.000 millones de dólares) entre créditos y garantías.