“Coge tus cosas y lárgate. No pienso pagarte”: El #MeeToo de las trabajadoras del hogar

Público, Katty Solorzano, 25-11-2021

Hablar de cuidados en el hogar en España, especialmente de adultos dependientes, es hablar de mujeres migrantes. Sin embargo, cuando se habla de políticas públicas para este sector su voces no están suficientemente representadas.

“Venga… va… rapidito, que cuanto menos te vea mejor”. “Coge tus cosas y lárgate ya, que no pienso pagarte”

Hace unos diez días se hizo viral un audio que se difundió por redes internas en el que se escucha sollozar a una mujer mientras otra profiere todo tipo de insultos y vejaciones. “Te tendrían que deportar a tu país y quedarte ahí tirada. Que sois todas de la misma calaña; o putas o vagas”, “eres una desagradecida de mierda que no has sabido agradecer que se te hayan abierto las puertas de una casa”. Estas son algunas de las expresiones que se escuchan a lo largo de todo el audio, que dura unos cuatro minutos y que no se ha hecho público por guardar la privacidad de la víctima. El corazón se encoge dando paso a la rabia y la impotencia que implica saber que es una historia más de las que estamos acostumbradas a oír a diario en el entorno de las mujeres que se emplean en el sector del trabajo del hogar y cuidados. Pero el testimonio vivo que nos transmite el audio nos permite, una vez más, llamar la atención sobre la violencia, la explotación y racismo que a menudo sufren las trabajadoras del hogar y los cuidados.

Por la información que nos llega se trata de una mujer que trabajaba de interna en una casa cuidando a la madre de la mujer que se escucha en el audio exigiendo con gritos a la empleada que se “largue ya si no quiere que le tire la ropa a la calle”. Aunque conmueve escucharlo, no nos sorprende porque este trato hacia las trabajadoras del hogar y los cuidados es más común de lo que se quiere aceptar. Lo vimos durante la pandemia cuando, aunque en otro contexto, eran despedidas en el momento, sin previo aviso, tuvieran o no contrato, si se presuponía que eran un riesgo o que no se las iba a necesitar.

Se evidencia la violencia y maltrato al que están expuestas miles de mujeres migrantes que trabajan en el sector del hogar y los cuidados y que desde hace mucho se intenta visibilizar

Que este vídeo salga a la luz y se haya viralizado es fundamental porque evidencia la violencia y maltrato al que están expuestas miles de mujeres migrantes que trabajan en el sector del hogar y los cuidados y que desde hace mucho se intenta visibilizar desde los colectivos que las apoyan y luchan por sus derechos. Hablar de cuidados en el hogar en España, especialmente de adultos dependientes, es hablar de mujeres migrantes, de sus formas de vida y sus posibilidades de inserción en la sociedad como ciudadanas como mujeres. Sin embargo, cuando se habla de políticas públicas para este sector, su voces no están suficientemente representadas.

Los cuidados y trabajo del hogar se presentan a priori como la única alternativa para las mujeres migrantes, sobre todo sin papeles. Sin embargo, a tenor de lo que se escucha en el audio, se debería abordar la pertinencia de la abolición del trabajo de “interna”, al menos tal como viene funcionando hasta ahora, pues como bien dicen las compañeras que llevan años luchando por evidenciar el maltrato y violación de los derechos humanos que sufren las mujeres dentro de las casas, no es otra cosa que esclavitud moderna. Esto se muestra en expresiones como las que se escuchan en el audio (“malagradecida, no agradeces que te dejé entrar a mi casa sin ninguna experiencia”): se da por hecho que si eres migrante tienes que estar preparada para ser empleada de hogar y cuidar.

El trabajo del hogar y los cuidados, bajo el régimen especial de empleadas de hogar, ya funciona como una especie de apartheid laboral dentro del sistema que rige el régimen de trabajo general. Pero en el caso del régimen de interna, amparado en el Sistema Especial de Empleados de Hogar, se dan todas las condiciones para encontrar en la práctica un moderno sistema de servidumbre. Y es que el audio apenas nos permite ver la punta del iceberg de muchas de las vulneraciones de derechos humanos que se producen en el sector.

Bajo el prisma supremacista colonial que encarna la perfección la empleadora que se escucha en el audio objeto de comentario, exigir condiciones de trabajo y trato dignos es “no ser agradecida”, no estar dispuesta a aguantar vejaciones, insultos racistas, racionamiento de comida o quejarse por no tener días libres o si los tienes posponerlos para cuando tu jefa o jefe quieran, es ser una “vaga que no quiere trabajar”.

Es muy frecuente encontrarse con ofertas de empleo donde se requiere a una trabajadora interna y se pone como condición que solo puede librar un día a la semana

Es necesario tomar conciencia de que el sistema de trabajo de cuidados, sobre todo de población adulta dependiente, está sostenido en gran medida gracias al trabajo de mujeres migrantes que en muchas ocasiones, sin ninguna formación ni apoyo emocional, tienen que cuidar a adultos dependientes con Alzhéimer o deterioro cognitivo grave. Es muy frecuente encontrarse con ofertas de empleo donde se requiere a una trabajadora interna y se pone como condición que solo puede librar un día a la semana, debiendo volver a dormir el mismo día a la casa donde se desempeña como tal. Los empleadores no ven en este trabajo un trabajo “de verdad” sino una especie de servidumbre que se traduce en: aguanta lo que tengas que aguantar si no quieres encontrarte de un momento a otro en la calle sin nada.

El empleo del hogar y los cuidados es un nicho laboral ya de por sí desventajoso para las mujeres pero si a eso se le suma el abuso deliberado de sus vulnerabilidades ocasionadas principalmente por La Ley de extranjería, no se puede dejar de insistir en que las condiciones laborales de este sector tienen que ser revisadas urgentemente. Decirle a una empleada que no quieres seguir contratando: “lárgate antes que tire la ropa” “Son todas unas vagas […] ojalá las deporten a todas” “quieres librar para ir a la iglesia, pues que te dé trabajo dios” “son todas vagas o putas” entre otras cosas, no tiene otra explicación, aunque la sociedad no lo quiere aceptar, que la pervivencia del racismo, la mirada colonial y el sesgo patriarcal del trabajo del hogar como un pseudotrabajo.

Muchas mujeres blancas proclaman haber roto el techo de cristal. Se olvidan de que lo han hecho no porque sus hombres hayan asumido su parte en los cuidados y tareas del hogar, sino porque esa parte la asumen otras mujeres, muchas de ellas migrantes

Una mirada colonial patriarcal y paternalista que mantienen viva y refuerzan muchas mujeres blancas occidentales, afortunadamente no todas, que ostentan orgullosas el título de liberadas que han roto el techo de cristal pero se olvidan que lo han roto, en muchos casos, no porque sus hombres o compañeros hayan asumido su parte correspondiente en los cuidados y tareas del hogar sino porque otras mujeres, muchas de ellas migrantes, han estado limpiando sus casas, cuidando sus hijos/as, cuidando sus padres y madres en condiciones de trabajo más cercanas a la esclavitud que al trabajo. En mentalidades como las de la “señora” del audio se refleja el desprecio y odio que lleva a una persona supremacista a decir “todas estas tías son una maldición, deberían devolverlas a todas a su puto país”. Expresiones de odio impregnadas de rancio colonialismo, pues para ella igual que hemos de estar agradecidas por el modelo de civilización que nos han legado, debemos dar gracias por el techo, lugar de trabajo, y la comida que nos “regalan” aunque eso suponga una jaula en la que hay que pedir permiso hasta para coger un rayo de sol y un mendrugo que a la vez te descuentan del sueldo.

En suma, el audio muestra, por un lado, que hay un frente abierto no resuelto que es el de los cuidados en España y a qué precio pretenden resolverlo. Y, por otro, que el sistema de cuidados bajo el régimen de interna debe revisarse y buscar otra alternativas compatibles con los derechos humanos y la dignidad de las mujeres. Pero lo más importante que debemos extraer de este audio es que el racismo que se traduce en maltrato, desprecio y vejaciones de todo tipo hacia esta mujer se dan por ser mujer, migrante y de origen latinoamericano y que ya es hora de iniciar el #MeeTooTrabajadorasdeHogar.


Katty Solorzano es investigadora social, migrante y feminista antirracista. Forma parte de la red Poder Migrante.

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